Belkin CushTop
Cuando supe por primera vez del Belkin CushTop (un soporte de portátiles para colocar sobre las rodillas) me hice una idea algo equivocada; el problema de sólo poder ver fotos y leer una breve descripción. Ahora que, gracias a la intermediación de Bloguzz, he recibido uno, he podido hacerme una idea bastante más adecuada.
Por alguna razón, pensaba que sería algo más parecido a una almohada. Sin embargo, es bastante rígido, más parecido a una mesa de forma especial que a un cojín. Es mucho mejor así, claro. Es lo suficientemente rígido como para sostener sin problemas el portátil, pero no tan duro como para molestarte al tenerlo sobre las rodillas. Así, el portátil se mantiene sin ningún problema, no se desliza y tampoco se hunde más por un lado que por otro (como pasa cuando usas una almohada). Aparte de servir de soporte para trabajar con comodidad, te permite además no tener que sufrir el molesto calor de los portátiles.
Tiene dos lados, uno más ancho que otro. Se supone que el pequeño es para portátiles de hasta 15» y el ancho para portátiles de hasta 17». Mi MacBook cabe perfectamente y no da la impresión de que falte o sobre espacio. La parte central es hueca, y se supone que se usa para meter accesorios –ratón, fuente de alimentación y demás- cuando no se están utilizando, aunque las dimensiones son reducidas y no cabe cualquier ratón (aunque sí la fuente de alimentación del MacBook). Aunque, la verdad, yo por el momento no me he molestado en usar la ranura para nada; los cables colgando no me molestan.
Lo que sí me ha molestado siempre era no lograr mantener el portátil en buena posición para escribir, situación habitual estás sentado delante de la tele o en la cama. En ese aspecto, el Belkin CushTop cumple a la perfección. Es un artilugio cómodo que coloca el portátil en muy buena posición, elevándolo lo justo para que resulte cómodo escribir. Es ideal para una persona como yo, que sobre todo trata con textos. Si quieres usar el ratón, pues no queda mucho espacio.
Supongo que es uno de esos artículos que entran dentro del grupo de «agradables de tener pero no necesariamente imprescindibles». Pero también es verdad que con los años lo agradable de tener puede acabar volviéndose imprescindible cuando empiezas a valorar la comodidad por encima de otras características. Sólo el tiempo y el uso dirán si este soporte especial se vuelve esencial. Y uso no le va a faltar.