1 pregunta: Héctor Milla
Héctor Milla mantiene desde 2004 hectomilla.com, dedicado a la innovación audiovisual y la televisión 2.0. Es también el fundador de Balzac Media SL, cuyo productos estrella, Balzac TV, un más que interesante videoblog sobre innovación de excelente producción. Y además, mantiene Héctor Milla TV, un videoblog experimental. Es por tanto la persona ideal para responder a esta entrevista de una pregunta:
¿Es posible el cine 2.0, el cine colaborativo?
De su posibilidad yo no tengo dudas. Es posible. Incluso diría que es necesariamente posible. Me explico: estamos en una etapa sensiblemente cambiante en las formas tradicionales de producir contenido, en particular, en la producción de la imagen como prototipo de modos innovadores con respecto a la comunicación visual. La blogosfera, los periódicos ciudadanos, el User Generated Video, el videoblogging, nos llevan a pensar en nuevos términos, muy avanzados probablemente aún, pero tengo la certeza de que son reales y necesarios, de cambio en los modos o en la cadena audiovisual.
Hasta aquí son los entornos televisivos los que están en plena transformación. Lo que se puede llamar televisión 2.0 es predominantemente social y ubicuo, como dos características que lo diferencian de la televisión formal, aquella hecha desde un emisor con pleno control de los tiempos y del lugar en que tiene sentido el hecho audiovisual. Eso se esta perdiendo. Mi hijo Lucas (13) no esta ya delante del televisor y no por ello no ve noticias, información, entretenimiento o series. Todo pasa de otra manera para él. No depende de un programador de su tiempo televisivo. No espera la emisión sino que va hacia ella. Incluso graba vídeos y los hace circular. Yo mismo veo poco la televisión a pesar de estar convenientemente preparado para acceder a una enorme cantidad de canales (Imagenio, Digital+). El descenso de las audiencias delante del televisor pone en crisis unos formatos y unas maneras de hacer televisión.
Ahora bien, en el cine eso es enormemente complicado. He participado recientemente en varios festivales de cine, Zemos98 en Sevilla y REC en Tarragona. Ambos parten del interés en nuevos formatos posibles. Pero resulta complicado ver esos cambios. La industria del cine es aún eso, una industria. El concepto digital tiene un peso diferente.
Podría señalar los entornos en los que ese nuevo debate, la posibilidad de un cine 2.0, se plantean. Primero esta la cuestión de las condiciones de uso. ¿Como cambian las licencias Creative Commons la producción cinematográfica? Hoy todo sigue basado en el copyright. Incluso los cortos en los que hay más riesgo tienen un copyright. Así es poco probable que hayan cambios.
Segundo, la distribución sigue siendo terriblemente analógica. La arquitectura digital para ello es aún un tema pendiente. Imagino que en el futuro cercano es una cuestión que debe plantearse seriamente por la misma industria del cine. Lo que dura una obre cinematográfica es cada vez menor en la distribución y eso conlleva unos costes demasiado altos. Tiene que cambiar. Digitalizar la distribución es contar con redes de cines digitales y puede ser la manera de abaratar costes de distribución, vital para una posible socialización del contenido.
Tercero, la producción digital esta en pleno proceso de abaratar esos costes primarios, lo que daría acceso a una mayor autoría. Es una cuestión que ya pasa en la Web, en la que cada vez más hay más autores, a mayor accesibilidad de los recursos, mayor talento creativo. En el cine es un aspecto primordial. Si Spike Lee piensa en términos de cine colaborativo es porque es del todo posible.
Pero ¿cómo? ¿cómo hacer colaborativo todas las fases del cine? guión, localización, rodaje, montaje, efectos, ¿cómo se hacen de forma abierta? El cine 2.0 podría ser social en tanto que acepta una apertura hacia la participación social en la creatividad. Puede ser tal si hay una base sobre unas condiciones de uso abiertas. Y si su distribución es ubicua, no sólo para cines digitales sino también para grandes pantallas planas o incluso para dispositivos panorámicos móviles. Otro aspecto importante es el uso de las redes de salas digitales que pueden posibilitar la distribución de eventos en directo. Si esos eventos se realizan de forma cinematográfica, más que televisiva como lo es hoy, es otra posibilidad real de cine 2.0.
Quizás desde la experiencia del videoblogging se pueden dar ciertas circunstancias favorables para experimentar formatos de cine 2.0. Precisamente es lo que me ronda por la cabeza con mi proyecto Balzac.tv. Una aspiración hacia la realización distribuida o hacia la conversación audiovisual basada en historias de cine o de casi cine. La Web puede ser ese punto de partida. Se trata de partir de una base y unos recursos que son la marca, la editorial, las historias localizadas, y los recursos de grabación y edición; pero se puede abrir la realización, se puede pensar en realizadores distribuidos. Cada realizador cuenta con esos recursos y con una base de datos en las que puede haber secuencias de recurso, secuencias musicales, efectos gráficos, moscas, cairons, todo en soporte digital. Jumpcut por ejemplo permite algo así, acceder a unos recursos en red, y editar en la misma Web. Confieso que es un tema que me apasiona pero que reconozco, más allá de su necesaria posibilidad, en que estamos aún lejos de ello. Pero las etapas pioneras tienen eso de fantástico y de apasionante.