Ya comenté el Papyre, un dispositivo de lectura con tinta electrónica. Cuando hablé de él originalmente, comenté una experiencia producto exclusivamente de mirar el dispositivo, encenderlo y demás. Sin embargo, hace unas semanas (hace tres libros, para ser exactos) terminé de leer mi primer libro completo en el cacharro.
La novela era My Own Kind of Freedom de Steven Brust, una novela situada en el universo de la serie de televisión Firefly. De la novela hablaré cuando toque.
En cuanto a la experiencia de lectura, decir que depende bastante del formato. Los archivos en PDF, que están más pensados para ser impresos, no se ven todo lo bien que uno esperarían. Rara vez están creados para el formato de la pantalla. Si los creas específicamente (una prueba con mi libro, por ejemplo) el resultado queda bastante bien. Pero lo dicho, la mayoría de los PDF asumen tamaños más grandes.
Por ahora, lo que mejor me ha funcionado -sin haber probado formatos más específicos de libros electrónicos- es pasar el contenido a RTF. Así el texto se ve de maravilla y ampliar el tamaño de letra te permite ajustar la lectura.
Pues bien, debo decir que la lectura ha sido muy cómoda. De hecho, cada poco tiempo me sorprendía al comprobar lo cómoda que resultaba. No he cambiado todavía el chip y continuamente pienso que estoy leyendo una pantalla LCD normal. Pero no es así. Se pueden leer 100 páginas sin notar más cansancio que el de la lectura en papel. Es más, continuamente me sorprendía lo mucho que se parecía la experiencia a leer en papel. Por supuesto, la calidad no es la de un libro bien impreso sobre el mejor papel, pero sí que es muy alta.
Aquí tienen una foto:
Dentro de unas horas salgo de viaje. El Papyre está ya en la bolsa. Vamos a probarlo volando. La batería aguanta mucho tiempo. Mucho, de verdad.