Los falsos documentales
Increíble pero mentira: una historia de los falsos documentales (parte 1) es una más que interesante introducción al mundo de los falsos documentales, es decir, producciones de ficción que se ruedan como si tratasen de un hecho real que la cámara se limita a registrar. Esa objetividad supuesta da mucho juego ideológico o estético. Espero ansioso la continuación:
Ahora que el formato está en su apogeo, con obras que van desde la falsificación contrafactual de C.S.A. hasta la provocación con cámara oculta de Borat, pasando por la sitcom de The Office y el testimonio en video de The Blair Witch Project y seguidoras, REC y Cloverfield incluídas, no cabe duda de que el género del falso documental ha sido uno de los grandes hallazgos de la narración audiovisual de los últimos años. Favorecido por una estética que permite presupuestos bajos (y que progresivamente se ha hecho más popular gracias a la era del Youtube) y, de rebote, por el auge en popularidad conseguido por los documentales desde el boom mediático de la serie Cops y de Michael Moore y su Bowling for Columbine, el género vive una Edad de Oro que está dando algunos frutos realmente brillantes.
(Vía Libro de notas)