1 pregunta: Álvaro Pons

La cárcel de papelÁlvaro Pons es el responsable de La cárcel de papel, la mejor bitácora en habla hispana dedicada al tebeo. No sólo se trata de un reconocido especialista en viñetas, y un crítico perspicaz e inteligente, sino que también se ha convertido en necesario defensor del tebeo en publicaciones como El País. Ahora responde a esta entrevista de una pregunta.

¿Qué opinas del manga?

Que el manga es el horror.

Puramente lovecraftiano, de esos terrores que suben por la columna y te van dejando paralizado, ateridos por su gélido contacto.

Es el horror porque como aficionado de pro y supuesto experto, el manga pone en evidencia todas mis carencias como lector de tebeos. Miles de títulos que desconozco, de nombres que me suenan –curiosa paradoja- a chino y de los que no tenía ninguna referencia. Autores que me parecen fabulosos y de los que descubro que llevan treinta años publicando tebeos cuando yo sólo he leído apenas unas páginas. Es la impotencia llevada al grado sumo, es saberse analfabeto en una inmensa Biblioteca de Babel Tebeística donde está todo el conocimiento. Apenas has leído un par de libros, levantas la vista y ves interminables baldas llenas y llenas de tebeos que jamás podré llegar a leer. Y cada día aparecen nuevos títulos atrayentes que hacen la pesadilla eterna.

UzumakiEs el horror porque mientras que los aficionados serios, los que lo sabemos todo –supuestamente- sobre el tebeo nos dedicamos a desbrozar con sesuda intelectualidad nuestras lecturas para terminar siempre llorando quejicosos, los aficionados al manga hacen de su afición una fiesta. Comparten sus tebeos y se divierten con ellos. Nosotros parecemos obligados a leerlos. Ellos los disfrutan y lo viven como yo no lo he hecho ni de niño. Y la envidia, malsana, es mucha. Y horrorosa.

Es el horror porque nos demuestra nuestra ineptitud a la hora de atraer nuevos lectores. Años discutiendo sobre el abandono del tebeo por parte de los más jóvenes (y no tan jóvenes), achacando las culpas a los videojuegos, al rol, la televisión y el cine, y estos nipones nos dan una lección en las narices con una receta tan simple como contundente: buenas historias bien contadas.

Es el horror porque el día sólo tiene 24 horas. Y yo quiero leerlos todos.

Esta entrada tiene 5 comentarios

  1. JJ

    Bueno, buenas historias bien contadas y otras alargadas hasta el infinito usando trucos narrativos bastante burdos…

  2. Salvador

    Reflexión muy oportuna que se puede extender al cine, a la literatura… ¿En qué momento la intelectualidad nos impide disfrutar? Tal vez por eso el manga o las películas «comerciales» me gustan tanto… No me veo en la necesidad de analizarlas.

  3. Alber

    Bueno, bueno, discrepo ampliamente de la afirmación final: «buenas historias bien contadas». Yo he trabajado como corrector de estilo para La Cúpula y he corregido manga y manhwa, y siempre era la mismo: historias sin pies ni cabeza, tramas absurdas y nimias hiperestiradas hasta la saciedad, personajes trazados por alguien con la estructura mental de un niño de cuatro años, inconsistencias delirantes, confusiones y, en determinados tebeos, una ñoñez exasperante. Vamos, que prefiero el tebeo occidental pero a pueblos de distancia.

  4. Álvaro Pons

    ¿Tatsumi e Hideshi Hino entran en esa descripción?

    Por curiosidad, claro… (y por hablar sólo de los de La Cúpula y no entrar en los Tezuka, Urasawa, Taniguchi, Maruo, Mizuki, etc, etc. etc..)
    🙂

  5. pjorge

    Estoy casi seguro de que también hay cómics occidentales muy malos y muy mal contados 🙂

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