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Encyclopédie. Va de la enciclopedia de Diderot y D’Alambert, pero, por supuesto, empieza con una breve introducción a la historia de las enciclopedias. Cuenta algunas cosas simpáticas.
Por ejemplo, la enciclopedia más grande es china (¿de quién si no,
si sabemos que la Muralla China es la única construcción humana que se ve desde la luna?). Se llamaba Gujin tushu jicheng (1726) y tenía 745 gruesos volúmenes. Pero en realidad, hacían un poco de trampa, al tratarse de una recopilación de obras.
En occidente, la mayor era la Oekonomisch-technologische Enzyklopäedie, oder allgemeines System der Straats-, Stadt, Haus- und Landwirtschaft con sus 242 volúmenes.
Y si creen que el miedo a Google es afección moderna, tenemos la historia de Johan Heinrich Zedler, librero de Leipzig, que concibió el Universal Lexicon para encontrarse con la oposición de casi todos los libreros y editores de la ciudad. Temían que la obra fuese tan completa que hiciese innecesarios los otros libros.
Lo que me recuerda: ¿Qué le dice un enciclopedista a otro mientras juegan a rol?
«No me obligues a tirar por relevancia».
NOTA: No he comprobado ninguno de los datos que aparecen en esta entrada. Nada de lo que se dice aquí se puede considerar con valor enciclopédico.