El misterio de la conciencia de John R. Searle

Publicado originalmente en El archivo de Nessus en el año 1999.

El misterio de la concienciaJohn R. Searle tiene sus propias ideas sobre qué es la consciencia y sobre si una máquina podría llegar a ser consciente. En este libro no sólo expone sus tesis, a las que llegaré en un momento, sino que las enfrenta y compara con las opiniones de otros influyentes miembros de la comunidad de pensadores sobre la consciencia y la inteligencia artificial.

El valor y el interés del libro es, por tanto, doble. En principio porque Searle expone sus propios planteamientos y argumentos con claridad y precisión lo que ayuda a entender las consecuencias de sus ideas y las de sus críticos. Y por otro, porque sirve de resumen clarificador de las ideas de otros, que se benefician, y uno sospecha que en ocasiones bastante a regañadientes, de la claridad expositiva del autor.

El volumen está formado por siete capítulos y una conclusión. El primer capítulo y la conclusión los dedica Searle a exponer sus propias opiniones sobre el problema de la consciencia. Los seis capítulos restantes son otras tantas reseñas para no especialistas publicadas en The New York Review of Books.

La ventaja de tal método es que uno puede, si lo desea, leer los libros comentados y sacar sus propias conclusiones. Los autores tratados son: Francis Crick, Gerald Edelman, Roger Penrose, Daniel Dennet, David Chalmers e Israel Rosenfield.

Valoración: 4 estrellas de 5

Ediciones Paidós. Barcelona. Septiembre, 2000. Título original: The mystery of consciousness (1997).

El fin último del libro queda claro en el título de la conclusión: «Cómo transformar el misterio de la consciencia en el problema de la consciencia»; y a esa tarea dedica el autor todas sus energía, en un intento de eliminar la visión oscurantista y acientífica de la consciencia para situar su estudio entre lo puramente natural, con la convicción de que el primer paso para obtener respuestas es saber plantear las preguntas correctamente.

La convicciones de Searle son claras: la consciencia existe (para lo cual invita al lector a pellizcarse el brazo y sentirse a sí mismo sintiendo dolor); la consciencia está producida por el cerebro de la misma forma que el estómago produce la digestión; la consciencia no es algorítmica (es decir, en nuestro cerebro no hay un programa de ordenador que nos hace consciente, opinión que le enfrenta a la Inteligencia artificial dura); las máquinas pueden pensar porque el cerebro es una máquina y piensa (lo que lo sitúa en el campo de la Inteligencia artificial débil); y la consciencia es irreductible (no puede explicarse en función de mecanismos menores, aunque está causada por estos, lo cual no quiere decir que no sea digna de investigación objetiva).

Así armado, procede a estudiar a los distintos autores y las tesis que defiende. Los que salen mejor favorecidos son Francis Crick, Gerald Edelman e Israel Rosenfield, porque estos estudian los mecanismos cerebrales y neurológicos con la esperanza de explicar la consciencia. Daniel Dennet, que niega la existencia de la consciencia, y David Chalmers, que dice que la consciencia es algo añadido al mundo y por tanto que no puede estudiarse de forma objetiva, son los que reciben más críticas.

En estos dos casos, Searle considera sus conclusiones contrarias al sentido común. La primera, porque considera evidente para cualquier ser humano que la consciencia efectivamente existe (de la misma forma que existe la puesta de sol, aunque ese hecho es fácil de explicar refiriéndose al movimiento de la Tierra alrededor del sol) y el segundo por su posición acientífica y retorno al dualismo cartesiano.

Penrose es la quizá la discusión más extraña, porque este autor niega siquiera la posibilidad de una máquina consciente cualesquiera refiriéndose a una supuesta teoría posible que supere a la cuántica y a la relatividad. Searle simplemente no acaba de entender qué tiene todo eso que ver con la consciencia humana, aunque recomienda el libro por su clara explicación del Teorema de Gödel y la mecánica cuántica.

La capacidad crítica de Searle, su visión racionalista y objetiva y su habilidad como escritor, hacen de este libro una lectura estimulante y agradable, y un más que adecuado punto de partida para explorar otros volúmenes sobre este tema apasionante; quizá la pregunta más importante que podamos plantearnos: ¿por qué somos conscientes?

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El gran salto adelante (IV): El año que leímos a Spinoza

pjorge.com antes de la metamorfosisBien, ya está hecho. Después de semanas de tenerlo funcionando en otro dominio, ayer viernes por la tarde me decidí a cambiar pjorge.com a WordPress. Por el momento parece que todo ha ido bien. Hubo varios problemas durante las primeras horas, pero se debieron principalmente a la configuración de los dominios implicados. Después de cruzar varios mensajes con mi empresa de hospedaje (la excelente gente de Kattare), todo se solucionó.

Otro pequeño problema fue la redirección de las fuentes de RSS. En el navegador todo iba bien, pero Bloglines parecía no enterarse de que la fuente estaba ahora en otro sitio. Sin embargo, es un problema que aparentemente se ha corregido por sí solo con el paso de las horas.

Otro asunto que me preocupaba era si realmente podría conservar las urls originales. A lo largo del día he ido comprobando que el tráfico sigue los parámetros habituales de cualquier fin de semana y que las búsquedas en Google llegan sin problemas. Todo bien por ese lado.

En realidad, ha sido un poco anticlimático. Confieso que al principio creía que tendría que abortar la operación en algún momento y volver al sistema antiguo (que sigue funcionando, más mal que bien, en http://pedro.jorgeromero.name, para beneficio de nostálgicos). Por suerte, los problemas que se dieron (todos ellos inesperados, como era de prever) se resolvieron.

Y aquí está. Misión cumplida. Para una vez en mi vida, un proyecto completado. Ahora puedo ir a por el libro.

Un detalles final. Muchas personas me han ayudado con consejos e ideas y a todos ellos mi agradecimiento. Pero dos personas en particular me ayudaron muy especialmente y no quiero dejar de nombrarlas: rvr (que me dio los consejos para exportar el sitio antiguo y me ahorró muchas horas de trabajo) y Juan Diego (que me advirtió que mis redirecciones no se comportaban como debían).

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Plugins para WordPress

Una de las maravillas de WordPress es el gran número de plugins que permiten hacer todo tipo de cosas. La combinación resultante es tan versátil que no he podido resistirme a cambiarme. Claro está, queda el problema de seleccionar los plugins más adecuado. El amigo Eduo presenta una excelente lista de plugins que considera imprescindibles. Algunos los conocías, pero la mayoría no y al menos dos me han resultado muy interesante. Hora de probar.

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El retorno del montón de enlace

Vamos a cerrar pestañas de Firefox.

Steampunk mouse. Parece doloroso de usar.

Yspahan PC version. Yspahan es un divertido juego de tablero que se juega en un rato. Si tienes mono, ahora hay una versión para PC.

10 Signs That You May Be a Blog Addict. Me alegra decir que no soy adicto a las bitácoras.

El Doblaje cae aún mas bajo, si cabe. Una divertida anécdota sobre el doblaje de House.

Inside Joss Whedon’s Brain (Really). En la cabeza de un genio.

Winnie the Pooh as Animated by Soviets!. Nuestro osito colgado de la miel en versión rusa.

The Definitive Guide to Semantic Web Markup for Blogs. Pues eso, dale un repaso a tu bitácora.

Can money buy some happiness? In my case, YES. A mí me pasa lo mismo que a ella, sólo que en mi caso es con una recopilación completa de todos los chistes de Far Side, del genial Gary Larson, en dos volúmenes. Sólo he leído el primer volumen, porque me da miedo agotarlo. Eso sí, sólo el hecho de mirar los libros me alegra.

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Llibres

El lunes, salí de casa a comprar un libro. A las pocas horas regresé cargando con cinco libros, ninguno de los cuales era el que había salido a buscar (lo tuve que pedir a una tienda en Internet).

Pero lo curioso de la historia está en el quinto libro. Me pasé por mi apartado de correos y tenía un paquete. Era un pedido que había hecho a Círculo de Lectores. Lo pagué y eso, y la encargada me dice: «Cuidado, que pesa». Cómo va a pesar, pensé yo, si son dos libros chiquitines. Pero sí, pesaba, casi cuatro kilos. Lleno de curiosidad, abrí el paquete allí mismo y dentro me encontré: El Quijote. Sí, una edición de El Quijote, con su volumen de notas y demás. No me lo habían cobrado, venía marcado con precio cero.

Luego pensándolo y eso, y guiándome por una tarjeta que había en el interior y me daba las gracias por llevar 10 años en Círculo, deduje que debía ser un regalo o algo. Un buen regalo, es una edición que me apetecía, pero totalmente inesperado. Aunque cabe la posibilidad de que sea un error. Pero considerando que su número de teléfono es un 902, no voy a llamar para preguntar.

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15 viñetas con gracia…

…pero que no pretendían ser graciosas. Están en Top 15 Unintentionally Funny Comic Book Panels. Muchas de ellas tienen gracia debido a algún cambio semántico; cuando se escribieron algunas palabras significaban otra cosa. Pero hay tres que me han llamado la atención, porque demuestran un sexismo tan absoluto -quizá fuera de contexto- que se me hace difícil de creer que se escribiesen de verdad. Por ejemplo, Mr. Fantástico diciéndole a su mujer que las esposas están más guapas calladitas:

Aunque la identidad secreta de Wonder Woman también sufre lo suyo:

(vía Unscrewing the inscrutable)

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Para hacerse juegos

Wkr ha escrito tres excelentes entradas ( I, II y III) sobre cómo aprovechar las tiendas multiprecio (esas que venden todo tan barato) para encontrar material que sirva en la fabricación de juegos. Como quiero hacerme algunos (por ejemplo, uno de dado de Knizia) y otros que he visto en libros, me metí en una de esas tiendas y salí con varias cosas.

En primer lugar, cubiletes baratitos. Vienen también con un montón de dados, que supongo que podré aprovechar para alguna otra cosa. Si el juego me gusta, ya cambiaré los cubiletes por otros mejores:

Imagen087Artículo de Lifeblog

Cartas, también para un par de juegos. Y algo con lo que evitar que el mazo se desmonte:

Artículo de Lifeblog

Ya que estaba, también me compré un fonil. Pero no es para ningún juego:

Fonil

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