Gary K. Wolfe y «El día que hicimos la Transición»

SFWA European Hall of Fame: Sixteen Contemporary Science Fiction Classics from the ContinentGary K. Wolfe es el crítico literario más destacado de la revista Locus, dedicada desde hace muchos años a informar sobre todo lo que pasa en el campo profesional y amateur de la ciencia ficción. Pues bien, en el número de mayo comenta la antología SFWA European Hall of Fame: Sixteen Contemporary Science Fiction Classics from the Continent donde aparece mi cuento «El día que hicimos la Transición», escrito en colaboración con Ricard de la Casa.

Not all the political tales are quite as pessimistic as these, however. De la Casa and Romer’s «The Day We Went Through the Transition» is a time-police story celebrating the post-Franco democratization of Spain, constantly under attack by «time terrorists» trying to alter the timeline by such tactics as (in the present story) arranging the assassination of communist leader Santiago Carrillo. The protagonist’s job is to travel back in time to undo the damage. What sounds like a dry lesson in recent Spanish history, however, is given a deeply human dimension by combining it with a poignant time-travel love story.

La antología en general la pone bastante bien. Tengo ganas de echarle un ojo.

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Tinky Winky

tinky winkyPor razones que no vienen al caso, desde hace poco paso mucho tiempo viendo los Teletubbies; en concreto, un único episodio repetido como medio millón de veces. Es una de las experiencias más desconcertantes de mi existencia, porque desde el punto de un adulto, un episodio de los Teletubbies carece casi por completo de argumento. No me extraña que los universitarios americanos se enganchasen a los Teletubbies: ver uno de esos capítulos debe ser los más cercano a alucinar sin tener que tomar nada. Aunque yo prefiero pensar que son más bien como un koan zen, destinados a cortocircuitar tus capacidades lógicas y permitirte apreciar una realidad más fundamental. En serio, uno oye «un día en el país de los Teletubbies Tinky Winky se sostenía sobre una sola pierna» y estás ya dos pasos más cerca del satori.

Pero a otras personas, ver a los Teletubbies sólo les deja el impulso de intentar determinar si Tinky Winky es gay o no. Y por lo visto en Polonia están investigando si el Teletubbie con bolso promueve la homosexualidad entre los niños:

The spokesperson for children’s rights in Poland, Ewa Sowinska, singled out Tinky Winky, the purple character with a triangular aerial on his head.

«I noticed he was carrying a woman’s handbag,» she told a magazine. «At first, I didn’t realise he was a boy.»

Ms Sowinska wants the psychologists to make a recommendation about whether the children’s show should be broadcast on public television.

Pobre Tinky Winky, sólo por llevar un bolso horripilante. De ese detalle no podemos deducir su homosexualidad; como mucho, su mal gusto. Además, todo el mundo sabe que es una bolsa mágica que Po usa para bajar pelotas de los árboles.

(vía Mind’s Hacks)

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Cómo se hace un cómic, de Scott McCloud

Publicado originalmente en El archivo de Nessus.

Supongamos que empezamos a leer una novela y encontramos estas frases: “Juan salió de la habitación. María se quedó sola”. Cualquier lector supondría inmediatamente una habitación en la que Juan y María están juntos, de la que sale Juan y en la que María se queda sola. Sin embargo, en esas frases no hay nada que apoye esa interpretación. En ningún momento se dice que María y Juan estén juntos, ni que María esté en una habitación, ni siquiera que sean humanos. De hecho, esa interpretación es sólo una suposición del lector que la emplea para entender el texto. Este pequeño ejemplo nos sirve para mostrar que leer es una actividad compleja en la que el lector aporta mucho para la interpretación final de la obra. Es más, leer es algo que se aprende, y no se lee de la misma forma una novela de ciencia ficción, que hace ciertas suposiciones sobre lo que el lector sabe, que un libro de poesía, que hace otras.

Lo que se aplica a la literatura también sirve para el cómic. La forma, despreciada durante mucho tiempo, podría considerarse como algo simple que no requiere de mayores explicaciones. Después de todo, son sólo dibujos sobre una página, y no debe ser muy complicado leer eso, ¿no? Pues no. La lectura de un cómic es un proceso complejo y este libro se encarga de demostrarlo.

Valoración: 5 estrellas de 5

Ediciones B. Abril 1995. Barcelona. Título original: Understanding Comics: The Invisible Art (1993). Traducción: Enrique Abulí. 216 páginas.

Cómo se hace un cómic (que, debido a lo inadecuado de su título en español, suena más a manual que a ensayo) nos propone un viaje fascinante en el que nos adentramos en la profundidades de esa forma artística. Aprendemos así la importancia del espacio entre las viñetas, de la relación entre palabras e imágenes, de las formas y colores, de la caricatura, de la relación entre el artista y la obra, hasta acabar adentrándose en el estudio mismo de los signos y en la teoría estética. Todo contado desde el amor más absoluto al cómic, pero también desde el rigor, la seriedad y la inteligencia.

Sólo por eso este libro sería importante, pero su importancia se multiplica cuando se sabe que Cómo se hace un cómic es también un cómic. El autor confía tanto en la forma que ha elegido que está dispuesto a apostar que con el cómic también se puede hacer ensayo. La prueba de que tiene razón está en que lo consigue. El resultado es un cómic que trata sobre el cómic con el rigor de cualquier otro ensayo. Si Watchmen demostró que el cómic podía tener la densidad narrativa de una novela, Cómo se hace un cómic demuestra que con el cómic también se puede reflexionar sobre los fenómenos artísticos. Un libro imprescindible para cualquier persona interesada en el cómic, o simplemente en el arte.

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