Noche de juegos: Los pilares de la tierra y Medici

Anoche sólo fuimos tres en la noche de jugar (DavidGP, Blagdaros y yo) y aprovechamos para estrenar dos juegos.

DSC06953Los pilares de la Tierra. La cosa va de ir construyendo una catedral. El juego viene con unas piezas de madera que vas colocando una a una tras cada turno y al final acabas con una bonita catedral. Eso sí, montar las piezas no tiene el más mínimo impacto en el juego.

Cada jugador tiene 3 maestros constructores y varios peones. Los peones te sirven para conseguir materiales de construcción. Los constructores, por medio de un sistema de subasta, te permiten ocupar posiciones en el tablero que te dan beneficios extras o que te dejar ejecutar otras acciones (por ejemplo, hay un mercado donde puedes comprar material). Además, hay cartas que representan artesanos (puedes tener hasta 5 simultáneamente). Los artesanos van mejorando con el paso de los turnos y son los que permiten convertir materiales –en la fase de construcción de la catedral- en puntos de victoria.

También hay eventos –sucesos positivos o negativos-, impuestos que debes pagar al rey (y una forma de evitarlos), cartas que te ofrecen ayuda, la posibilidad de lograr más dinero –siempre escaso- y la opción de lograr más trabajadores. Cada ronda está dividida en fases muy simples y la mecánica se entiende con mucha facilidad. Nosotros sólo éramos tres aunque el juego admite hasta cuatro jugadores. Tras la sexta ronda el juego acaba y el ganador es el jugador con más puntos de victoria.

DSC06942Evidentemente, al ser la primera partida, no aprovechamos todas las posibilidades. Por ejemplo, el mercado –que permite comprar y, más importante, vender- casi siempre estuvo vacío; es evidente que no es ésa la intención del juego. Aún así, lo pasamos estupendamente y la partida fue agradable y rápida. Es como un Caylus –un juego al que me encantaría volver a jugar- con menos complicaciones. Los materiales del juego, por cierto, están muy currados.

Más fotos en Flickr.

DSC06955Medici. Es un juego de subastas que acomoda de 3 a 6 jugadores. Hay un pequeño tablero central donde se van indicando cuántos productos de cada tipo compra cada jugador. Así mismo, cada jugador tiene un tablerito que representa un barco con cinco espacios.

La idea del juego es ir sacando materiales de una bolsa y formando lotes que luego se subastan. El jugador que más puja se lleva el lote y lo acomoda en su barco. Cuando todos los jugadores menos uno han completado su barco –o cuando la bolsa se vacía- el jugador que quede sin rellenar saca aleatoriamente productos de la bolsa.

A continuación, se calcula el valor de cada barco –los productos vienen marcados con un número y se van sumando- y los jugadores con barcos más valiosos ganan cierta cantidad de dinero. Además, ser el jugador que más ha comprado ciertos productos también te da dinero.

DSC06957Eso se repite tres veces –supuestamente, tres días- y el juego acaba. El jugador con más dinero al final –que se va marcando usando el exterior del tablero central- es el ganador.

Medici nos gustó bastante. Es un juego de subastas muy simplificado que funciona muy bien. No sólo tienes que tener en cuenta el valor de las mercancías en el barco, sino también cuántos productos de cada tipo has comprado, para intentar conseguir bonificaciones. La combinación de ambas opciones da bastante juego. Es además, muy rápido. Nuestra partida duró poco más de media hora. Las reglas son muy simples y se explican en un santiamén.

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La primera entrada oficial

Fernand0 cuenta en Primeras historias la idea de rescatar la primera entrada de una bitácora. En mi caso, la situación es ligeramente problemática, porque tuve una bitácora anterior en Blogger y además, aprovechando el cambio a WordPress, estoy recuperando para incluirlas aquí. Es decir, en pjorge.com hay una primera entrada que es cronológicamente posterior a otras entradas que ahora están aquí pero que originalmente no formaban parte de este sitio. Creo que ya me he perdido.

Vale, recapitulemos. Mi primera entrada en pjorge.com es Una profesión peligrosa del 29 de junio de 2002 (cumpleaños oficial de esta página). No hace falta que la miren, porque el contenido de la entrada es un galimatías que generé usando un programa (que ya no recuerdo). Su propósito era simplemente probar el sistema que estaba preparando para mi bitácora, programado en Java, porque ninguno de los de la época me gustaba. Luego, me hizo gracia tener como primera entrada algo totalmente incomprensible. Decidí que hacer declaraciones de buenas intenciones no era lo que me apetecía y que ese «texto» transmitía todo lo que había que saber. Por cierto, dentro de poco pjorge.com cumple cinco años.

Mi primera entrada en una bitácora fuera en Blogger, en un intento abortado que hice a finales del 2000. Ahora vive aquí.

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¿Qué dios eres?

Uno de esos tests, en esta ocasión todavía más chorra de lo habitual. Me ha salido que soy Buda:

Which God or Goddess are you like?

Your Result: Budha
 

You are Budha. You are a very peaceful person, you love all who love you. You are a cheerful personality, and you have a great sense of humor. Congratulations!! You are Budha!!

Jesus
 
The Christian God
 
Goddess Sekhemet
 
God Zeus
 
Goddess Bast
 
You are your own God or Goddess
 
Satan
 
Which God or Goddess are you like?
Make Your Own Quiz

Siento la tentación de señalar que Buda no es un dios, pero lo voy a dejar…

(vía Pharyngula)

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Las consolaciones de la filosofía: Para tomarse la vida con filosofía de Alain de Botton

Publicado originalmente en El archivo de Nessus, 2000.

Las consolaciones de la filosofíaMucha filosofía se ha escrito, pero quizá menos sobre la vida buena (en oposición a la buena vida). Alain de Botton parece pensar que la preparación para la felicidad debería ser la preocupación fundamental de la filosofía. Por tanto, ejecutando con igual virtuosismo el truco empleado en Como cambiar tu vida con Proust, fusiona el libro de autoayuda con la divulgación filosófica para presentarnos Las consolaciones de la filosofía, que es también una serie de televisión llamada Philosophy: A Guide to Happiness.

Centrándose en seis pensadores, y sin nombrar ni en una sola ocasión a Boecio, Alain de Botton va repasando problemas fundamentales de la condición moderna e intenta buscar solución en enseñanzas del pasado. La «Impopularidad» nos remite a Sócrates, «No tener dinero suficiente» merece un comentario sobre Epícuro, la «Frustración» es la especialidad de Séneca, la «Incapacidad» recibe ayuda de Montaigne, «Un corazón roto» se arregla con Schopenhauer y las «Dificultades» hay que dejárselas a Nietzsche.

El estilo es directo y franco, mezclando los detalles triviales de la vida cotidiana con los preceptos más elevados. Mucho del encanto del libro viene de su sinceridad y la voluntad decidida del autor de usarse como muestra. Por ejemplo, no duda en admitir que su tendencia en la vida, al contrario que Sócrates, es intentar agradar a los demás en lugar de expresar la verdad. Y no duda, páginas después, en comparar al filósofo ateniense con El hombre elefante. Sus desaires amorosos, las molestias que le causa el ruido de una obra, los problemas en el tráfico o la pérdida del mando a distancia… no importa, todo le sirve de excusa para aplicar las enseñanzas filosóficas a la vida diaria.

Valoración: 4 1/2 estrellas de 5

Taurus. Madrid. 2001. ISBN: 8430604189

Pero no por ello deja en ningún momento de ser serio. Lo que Alain de Botton dice lo dice de verdad, y la preocupación ética, tan denostada ella, es constante en todo el volumen. Realmente cree que la reflexión filosófica puede ayudar en nuestro camino por la vida y ese entusiasmos sincero es otro de los encantos del libro. Como lo son, también, la prosa brillante y lúcida, el tono siempre irónico y humorístico que le impide caer, una vez más, en la pedantería.

Dicho todo esto, hay que reconocer que a pesar de hablar de seis autores Alain de Botton manifiesta una preferencia evidente. Quizá Sócrates, Epícuro, Séneca, Nieztsche o Schopenhauer pudiesen ser modelos válidos para una vida, pero está claro que puestos a elegir, aunque nunca se plantea en esos términos, la mejor vida de filósofo ha sido la de Montaigne, el hombre que consideró que su cuerpo era tan digno de estudio y análisis como su mente. Quizá el filósofo menos esquizofrénico.

Sencillo pero brillante, Las consolaciones de la filosofía es simultáneamente una introducción a la filosofía, un ensayo sobre la búsqueda de la felicidad y una defensa lúcida de la necesidad de la filosofía en el mundo moderno. Y, como siempre en el caso de Alain de Botton, una extraordinaria obra literaria.

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