Lo vi y me pareció un buen regalo. El marco digital de Philips es muy simple. No hace nada que pudiese interesar a un geek. No tiene WiFi, ni Bluetooth. Se limita a pasar las fotos -pudiendo elegir frecuencia, orden y demás- en una excelente pantalla de muy buena calidad. El diseño es muy simple, lo suficiente para no desentonar en ningún lado. Nada de colores chillones y, sobre todo, nada del logotipo del fabricante pegado delante. Pretende pasar por un marco normal y corriente. Otros modelos que he visto son bastante horteras.
Tiene una pequeña memoria interna y también admite tarjetas SD, MMC y MS (yo le tengo un MS). El funcionamiento es bastante automático: basta con meter la tarjeta y ya funciona sólo. Se puede configurar un poco. Pero uno de sus detalles de configuración más útil es que se puede programar para apagarse y encenderse a ciertas horas (lo que ahorra pantalla, claro). Por desgracia, los menús de configuración son un poco confusos. Por suerte, se supone que sólo hay que configurarlo una vez.
Tiene una batería interna que dura aproximadamente un suspiro. Por tanto, parece que lo mejor es mantenerlo enchufado a la corriente. Admite fotografías de hasta 12 megapíxeles. Yo sin embargo, las recorto y las ajusto a la resolución (720×480).
Su mayor defecto es el precio. Es bastante más caro de lo que debiera. Estas cosas no se van a popularizar hasta que no bajen de precio. Pero en este caso, era un regalo.