¿Dónde está el otro extremo del mundo?
Si alguna vez te has hecho esa pregunta, entonces if the earth were a sandwich data visualization find my opposite tool es lo que necesitas.
(vía Reddit)
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Las lecturas del año 97 fueron algo más variadas (aparte de haber alcanzado retrospectivamente el reto de los 50 libros) que las del 96. Destacan, muchos libros de Gene Wolfe (el mejor autor de ciencia ficción vivo) y de Boris Vian. No recuerdo la razón para que coincidiesen tantos. Detecto además al menos una lectura producto de otra anterior. Emergence: Labeled autistic de Temple Grandin lo leí tras leer An anthropologist on Mars de Oliver Sacks, donde se habla de Temple Grandin. Recuerdo que los de Pilar Pedraza los leí porque me dijeron que eran muy buenos. Eran cortos, puedo decir con seguridad.
The Art of Gift Giving: A 10 Step Program ofrece eso, diez pasos para disfrutar más y mejor del arte de regalar:
1. Regala porque quieres y no porque estés obligado a hacerlo
2. Toma notas
3. Celebra las pequeñas cosas
4. Exprésate a ti mismo, expresa al receptor y expresa vuestra relación
5. Regala algo que jamás se compraría
6. Ten en cuanta la situación
7. Presenta bien el regalo
8. Incluye una nota manuscrita
9. Envía el regalo a tiempo
10. Busca la inspiración en todas partes.
Pues eso, a regalar más, que está bien.
Se cuentan en 10 Things You Might Not Know About Google. No recuerdo bien el año 1998 en cosas de Internet, pero por lo visto el propio Google fue Beta en su momento. Vamos, que no es una costumbre que les haya entrado recientemente. Otra curiosidad es la posibilidad de que el PageRank se un número decimal y no un entero. Lo de buscar cómics en Google es también un buen truco.
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En particular, ¿cómo reaccionó el emperador? Pues bien, unos tíos con algo de plastilina y mucha imaginación (justo al revés que… y no señalo a nadie) nos dan la respuesta:
(vía Davidgp)
Leía el artículo Agua, azucarillos y aguardiente de Manuel Gimeno, cuando he topado con esto:
Recientes estudios llevados a cabo en los Estados Unidos presentan el siguiente resultado: aquellas comunidades donde la penetración de la banda ancha es mayor, tienen una tasa de empleo superior en un punto al resto.
Como se defiende la inversión en banda ancha, el sentido de la afirmación es dar a entender que invertir en banda ancha mejora la situación económica de una zona. Sin embargo, sin ningún dato más, no estoy seguro de que de la correlación mencionada pudiese sacarse esa conclusión. Igualmente, podría decirse que los lugares con mejor situación económica encuentran provechoso emplear banda ancha. Es decir, la mejora económica de una zona impulsaría el uso de banda ancha y no al revés.
Lo dicho, sin ningún dato más…
Buscando por el disco duro -quería encontrar una lista parcial de libros traducidos- di con un montón de textos de hace años; algunos son tan antiguos que están en WordPerfect. Por ejemplo, he dado con las columnas sobre televisión que escribí para SFX y también he encontrado los archivos de mis primeras traducciones (no es que sirvan para nada, pero es agradable tenerlos). Y resulta que también encontré una lista de libros leídos en varios años, empezando con 1996 y llegando hasta 2000 (incompleta).
El detalle que más me asombra de la lista es la gran cantidad de libros de ciencia ficción (usando el término en el sentido más laxo posible): unos 24 de 38. En contraste, en 2005, sólo 12 de 59 libros se podían atribuir al género. Diez años no pasan en balde, y cambiamos cuando creemos no cambiar. En el año 1996, BEM se seguía publicando, lo que quizá también explique la cantidad.
No llegué tampoco a los 50 libros en un año. Hacía la prestación por aquella época, y no tenía yo la cabeza para leer. También fue el año en que empecé a traducir mi primer libro: Las naves del tiempo de Stephen Baxter.
No he leído nada de Douglas Coupland. Ni Picosiervos (continuación de Microsiervos) ni ninguna de sus otras novelas. Pero gracias a A Tale of Two Couplands, estoy considerando seriamente leer JPod (continuación de Otro pod). Se trata de un artículo muy cortito, que sin embargo cuenta una serie de detalles fascinantes.
Primero, lo que más me llamó la atención. Antes de ser escritor, Douglas Coupland fue escultor y artista conceptual. Yo siempre he querido ser artista conceptual, por lo que ya me siento muy predispuesto. Además, ese pasado parece explicar por qué de pronto, en medio de la novela, sale la lista de ingredientes de los Doritos. ¿Quién no querría leer una novela donde aparece la lista de ingredientes de los Doritos?
Pero el núcleo del artículo es otro aspecto de su vida casi igual de fascinante. Resulta que en Internet hay todo tipo de rumores sobre su persona. Por ejemplo, uno de ellos le hace coleccionista de meteoritos. Pues el hombre ha decidió que en lugar de resistir, iba a probar las cosas que la gente le atribuía en la red. Ahora, por ejemplo, se interesa por los meteoritos (pronto, estoy seguro, escribirá las continuaciones que le atribuyen en Internet). Como resultado final, en la novela sale un tal Douglas Coupland basado en la imagen que de él corre por Internet.
Creo que lo voy a comprar.
(vía Boing Boing)