Modern Art

Modern Art es un juego de subastas de Reiner Knizia. Cada jugador es un marchante de arte con su propia galería. El objetivo del juego es ganar la mayor cantidad de dinero comprando y vendiendo obras de arte. Cada galería está representada por una pantalla que además sirve para ocultar el dinero total que posee el jugador.

Modern Art

En el juego hay cartas que representan cuadros de cinco artistas diferentes. La partida se desarrolla en 4 temporadas. En cada una de ellas, cada jugador tiene una mano de cuadros. Esos cuadros los puede poner a subasta. Otro jugador, o él mismo, puede comprar ese cuadro y pasa a formar parte de su colección permanente. Al final de la temporada, se determina los 3 artistas que más cuadros han vendido y se les asigna un valor monetario a sus cuadros: 30 al más vendido, 20 al segundo y 10 al tercero. Ese valor se indica sobre el tablero por medio de una fichas negras (otras fichas de colores indican el dinero que tienen los jugadores). A continuación, cada jugador vende los cuadros de su colección -no los de su mano- por el precio determinado en el tablero (los cuadros de los artistas que no quedan entre los tres primeros no valen nada), incluyendo también el valor que hubiesen podido lograr en temporadas anteriores.

Por ejemplo, si Krypto en la tercera temporada queda en primer lugar, obtiene un precio en esa temporada de 30. Resulta que en la segunda temporada no quedó entre los tres primeros, pero sí quedó segundo en la primera temporada. Por tanto, el precio total de uno de sus cuadros al final de la tercera temporada será de 50.

Durante una temporada, los jugadores van ofreciendo cuadros de su mano para subasta. Las subastas pueden ser de cinco tipos, y cada carta tiene marcado cómo debe subastarse.

Subasta abierta: cada jugador, en cualquier orden, dice la cantidad que ofrece. Se va pujando todas las veces que haga falta.

Subasta doble: cuando se juega una carta de subasta doble, hay que ofrecer -puede hacerlo otro jugador- un cuadro adicional (que no puede ser de subasta doble) y el lote se subasta según el método indicado en la segunda carta.

Subasta sellada: cada jugador pone en su puño la cantidad que quiere ofrecer y los puños se abren simultáneamente hacia arriba.

Subasta de precio fijo: el jugador indica una cantidad que desea por el cuadro en cuestión.

Subasta de una sola vez: los jugadores tienen una sola oportunidad, en el orden de las agujas del reloj, de pujar por el cuadro.

En caso de empate, el ganador es el jugador más cerca por la izquierda al que inició la subasta. Al termina la subasta, la persona que la inició recibe el dinero. Pero si el subastador fue el que realizó la puja más alta, le paga al banco en lugar de quedarse con el dinero.

La temporada termina cuando se pone a subasta el quinto cuadro de un pintor. Ese cuadro no se llega a subastar, y no es propiedad de nadie, pero cuenta para determinar los tres artistas que más han vendido.

Modern Art es un juego ágil que se juega con mucha rapidez y se vuelve muy divertido. Es de esos juegos que dependen mucho de la psicología de los jugadores, y si todos están dispuestos a meterse en la idea -manipular el mercado para que vaya a tu favor- lo pasas francamente bien.

Un detalle curioso es que a pesar del énfasis del juego en vender cada colección al final de la temporada, es perfectamente posible ganar el juego sin comprar un solo cuadro. Simplemente tienes que asegurarte de que los demás quieran comprar los cuadros que tú ofreces y embolsarte ese dinero. Al final, en cada momento el jugador debe determinar si le conviene más vender o comprar.

También ofrece bastantes posibilidades estratégicas, sobre todo al cerrar una temporada. En muchas ocasiones puedes hacerlo con un artista u otro y debes escoger con cuál te conviene más, teniendo en cuenta lo que es probable que hagan los otros jugadores en caso de que no cierres. Como pasa mucho con los juegos de Knizia, las reglas son simples, pero su aplicación repetida y la interacción entre jugadores dan mucha riqueza al juego.

Como juego de subastas, Ra probablemente tenga mucha más profundidad (todavía no he jugado lo suficiente a Modern Art como para hacerme una idea exacta) y ciertamente el juego egipcio tiene posiblemente una mecánica más perfecta. Pero Modern Art me ha parecido una excelente añadido a mi colección.

La edición que he comprado no parece ninguna maravilla, y es probable que las cartas sufran mucho por el uso. Por suerte, parece que están preparando una nueva edición mejorada.

Actualización: Más sobre Modern Art en Qué vicio…

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Monta tu propia discusión sobre lenguajes de programación

¿A quién no le gusta una buena pelea sobre qué lenguaje de programación es mejor? ¿O sobre si cierta característica es un regalo de los dioses o una basura? Pues en Every Language War Ever tienes un guión completo para que no te falte detalle en tu próxima perorata.

(vía Reddit.com)

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Ataque spam

Esta bitácora está sufriendo ataques masivos de spam en los últimos días. Ahora mismo no tengo tiempo de hacer nada más serio, así que mi única solución por ahora es ir cerrando los comentarios. Me fastidia mucho, porque creo que los comentarios son importantes, pero es lo que hay.

En cuanto tenga oportunidad, veré de intentar atajar el problema de alguna forma.

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Google en el Oxford English Dictionary

Google aparece ya, como verbo, en The Oxford English Dictionary Online. Los diccionarios ingleses tienden a incluir las palabras que la gente usa. Al contrario que los diccionarios españoles, que tienden a incluir las palabras que a los autores les gustaría que la gente usase.

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11 secretos de todos los hombres

No estoy de acuerdo con los 11. Por ejemplo, a mí no me gustaría nada volver a tener 25 años. 32 me parece una edad mucho mejor. Tampoco uso ninguna parte del cerebro para almacenar detalles sobre deportes, más que nada porque odio el deporte. Eso sí, me sé los nombres de los personajes de Bobobo. Pero otros me han parecido curiosamente perceptivos. Especialmente el 11. ¡Qué gran verdad!

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Con existencialismos a mí: The Existential Joss Whedon

Un nuevo libro a añadir a la que ya empieza a ser una nutrida biblioteca dedicada a la obra del genio Joss Whedon. En este caso, se trata de una exploración más filosófica: The Existential Joss Whedon. Evil and Human Freedom in Buffy the Vampire Slayer, Angel, Firefly and Serenity de J. Michael Richardson y J. Douglas Rabb:

This study examines the major works of contemporary American television and film screenwriter Joss Whedon. The authors argue that these works are part of an existentialist tradition that stretches back from the French atheistic existentialist Jean-Paul Sartre, through the Danish Christian existentialist Søren Kierkegaard, to the Russian novelist and existentialist Fyodor Dostoevsky. Whedon and Dostoevsky, for example, seem preoccupied with the problem of evil and human freedom. Both argue that in each and every one of us «a demon lies hidden.» Whedon personifies these demons and has them wandering about and causing havoc. Dostoevsky treats the subject only slightly more seriously.

Chapters cover such topics as Russian existentialism and vampire slayage; moral choices; ethics; faith and bad faith; constructing reality through existential choice; some limitations of science and technology; love and self-sacrifice; love, witchcraft, and vengeance; soul mates and moral responsibility; love and moral choice; forms of freedom; and Whedon as moral philosopher.

En el libro Finding Serenity ya había un artículo sobre el existencialismo y el último episodio de esa serie.

(vía WHEDONesque)

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