Crítica de El sistema del mundo
Interesante crítica de El sistema del mundo (volumen tres de El ciclo barroco, a su vez compuesto por tres libros: El oro de Salomón, Moneda y El sistema del mundo)
Interesante crítica de El sistema del mundo (volumen tres de El ciclo barroco, a su vez compuesto por tres libros: El oro de Salomón, Moneda y El sistema del mundo)
Un set de Flickr con señales de aviso que veremos en el futuro. Mi favorita es:
Aunque admito que la idea de que leer la señal que advierte de la presencia de un sistema cuántico macroscópico pueda ser suficiente para provocar la decoherencia de dicho sistema me hace bastante gracia:
(vía O’Reilly Radar)
Andrew Crumey es un autor que me encanta, hasta el punto de haber leído todas sus novelas (no era tan difícil, sólo son cinco por ahora). Es un hombre al que le gusta los juegos divertidos con la estructura misma de la novela, las referencias literarias curiosas -gracias a él leí La conciencia de Zeno de Italo Svevo- y las disquisiciones científico filosóficas. Es extremadamente ameno de leer, a pesar de que los libros se estructuran siempre en niveles, donde algunos son falsos, otros son reales, y algunos son reales dentro de la falsedad y otros falsos dentro de la realidad. No es de extrañar que una novela de Andrew Crumey un personaje de novela dentro de la novela sea protagonista de algún capítulo de la novela que lees.
Pero en cualquier, Mobius Dick (Elipsis Ediciones. ISBN: 84-935280-0-5) es su mejor novela hasta la fecha. La leí a principios de año (fue el octavo libro) y no sólo me lo pasé pipa, es que además quedé profundamente impresionado por lo bien que encajaba todo. El hombre mezcla crítica literaria, mecánica cuántica, música, literatura, sanatorios mentales y algunas cosas más en un cóctel frenético e intelectualmente estimulante. Pero lo que más me impresiona es el desparpajo de Andrew Crumey al atreverse a hacer algo así. Es fácil mirar esas piezas y pensar que el edificio, en otras manos, se vendría abajo de inmediato.
Vamos, que Mobius Dick es una novela extraordinaria y diferente, muy difícil de reseñar, porque se escapa continuamente de entre las manos. Una delicia si te gusta la ciencia y la literatura, y, sobre todo, los juegos intelectuales.
De la contraportada:
El profesor John Ringer recibe en su teléfono móvil un inesperado mensaje: «Llámame: H.» Su reacción instintiva le lleva a pensar en Helen, una antigua amante de la que sigue enamorado y a la que no ve desde hace años. Pero también podría tratarse de un texto extraviado, de un número equivocado, de un fragmento de la vida de otra persona que por azar se había colado en la suya. En ese caso no tendría ningún sentido buscarle una causa. Suele pasar, uno descubre ciertas coincidencias: que el nobel de literatura Thomas Mann escribió una novela que transcurría en un sanatorio de Suiza y que el nobel de física Schrödinger descubrió la regla fundamental de la mecánica cuántica en un sanatorio Suizo, y se imagina una relación secreta y trata de desentrañarla. Absurdo, ¿Verdad?
Pero, ¿Y si fuera cierto? ¿Y si hubiera relación? ¿Y si alguien estuviera tratando de comunicarse con Ringer? ¿Y si se pudiera relacionar en una misma historia y de forma coherente las vidas de Thomas Mann, de Schrödinger, de Melville, de Schumann y de cualquiera de nosotros? La física cuántica nos da una oportunidad: bastaría con que existieran infinitos universos paralelos para que todo pudiera quedar conectado. Para que incluso dos versiones contradictorias de un mismo hecho pudieran ser reales. La única forma de saberlo pasa por construir una red de computadoras quántum capaces de crear una comunicación global e instantánea. La contrapartida es que una máquina así podría destruir el universo.
Andrew Crumey, en la estela de los grandes revisores de la historia de la literatura y de las ideas como Borges o Calvino, nos propone un vertiginoso viaje que salta de la realidad a la ficción y de la física a la literatura con la habilidad y el humor característicos de su autor, que le han convertido en uno de los autores más originales y divertidos de[ panorama literario contemporáneo.
Siete juegos nuevos en las últimas semanas. Y ni uno de ellos -ni uno- del gran Reiner Knizia. Para que luego digan que no sé contenerme.
De un pedido a laPCra que llego en parte (falta Die Macher, que se retrasó y llegará en el próximo), dos juegos (había más, pero eran para amigos): Pingüinos & Cía y Goa.
Pingüinos & Cía es un juego sencillito pero muy divertido. Se trata de mover pingüinos sobre el hielo capturando peces, mientras intentas hacer desaparecer el hielo de tal forma que se corte el paso a los pingüinos de los otros jugadores. Ideal para una partida rápida o para empezar a jugar con un no-jugador:
Goa es un juego de comercio que compré porque es creación de Rüdiger Dorn, creador también de The Traders of Genoa. The Traders of Genoa me gustó tanto que compro sus juegos casi sin mirar.
En el Encuentro de Córdoba probamos Thurn und Taxis y Tombouctou. Tanto nos gustaron, que los compré allí mismo y me los traje de vuelta (hubiese salido más barato pedirlos, pero había que volver con algo en la mano).
Thurn und Taxis es un juego de montar el sistema postal alemán hace mucho tiempo. Me pareció un juego muy sencillo de explicar y bastante entretenido de jugar, ideal para iniciación. De hecho, el otro día lo llevé a una comida por si había suerte. No la hubo:
Tombouctou es un juego de deducción fuerte. Llevas caravanas de camellos por el desierto y cuando lleguen al oasis van a sufrir robos. Tienes que deducir dónde van a ser los robos para intentar no colocar los camellos allí o conseguir que los pongan los otros jugadores. Sospechábamos que a Soraya le iba a gustar, y efectivamente le gustó.
Y de un pedido a Dracotienda, tres juegos: Santiago, Aton y Hansa.
Santiago es un juego de plantar donde además hay que ir construyendo los canales de irrigación. Lo más normal es que cada jugador quiera construir los canales cerca de sus plantaciones, por lo que todos compiten entre sí por ofrecer la mayor cantidad de dinero. No lo he jugado todavía, pero lo vi jugar y parecía muy divertido.
Aton es un juego para dos. Tengo pocos juegos para dos, y éste parecía una buena adquisición. El tablero se monta como un puzzle.
Hansa es un juego de comercio en la liga Hanseática. Lo compré por la reseña que vi en Qué vicio… He leído las reglas y parece facilito de jugar.
Bien, esto es todo hasta el próximo pedido.
El cuarto título de la colección Omicrón, El hacker y las hormigas. Version 2.0 (Libros del Atril, ISBN: 84-96575-25-X) es una divertida novela sobre programación, programadores, vida artificial y robots. La leí hace muchos años, en la versión anterior (de ahí el 2.0) y ahora he tenido la oportunidad de traducirla.
De la contraportada:
Jerzy Rugby está solo en el mundo real: se ha separado de su esposa que se ha llevado también a sus hijos. Afortunadamente, sin embargo, mantiene su trabajo como programador, como hacker en el ciberespacio. Trabaja al servicio de GoMotion Corporation en su intento de fabricar robots inteligentes capaces de autorreplicarse. Al menos cuando programa, Jerzy es feliz, completamente feliz.
Experto en vida artificial y en algoritmos genéticos, un día Jerzy descubre con horror que su estación de trabajo está infestada de hormigas. Unas hormigas que Jerzy conoce muy bien ya que él mismo ha ayudado a desarrollarlas para su jefe Roger Coolidge.
Además, gracias a la absurda intervención del robot de Jerzy, el prototipo Studly, ese nuevo y terrible virus fórmico, acaba invadiendo el sistema de televisión digital y deja sin emisión a todo el mundo. Como era de esperar, la justicia considera responsable a Jerzy. La loca aventura de un hacker con todo tipo de problemas está servida.
«Como una sátira de Silicon Valley y una peculiar ojeada al futuro de la realidad virtual, El hacker y las hormigas resulta ser maravillosa. Rucker es uno de los escritores de ciencia ficción más ingeniosos, y esta novela muestra su considerable talento en toda su extensión.» San Francisco Chronicle
Para dejarles el tono de la obra, en un momento dado, el protagonista canta las maravillas de programar en SuperC y lo inútil que es el Lisp. Eso sí, el autor, Rudy Rucker, no escribe ciencia ficción. Según él mismo, lo que escribe es transrrealismo. Y la verdad es que es diferente.
Tengo varios amigos a los que le va a encantar.
Un artículo de la BBC titulado Sony to ‘block PS3 Euro imports’ donde se comenta que Sony empleará todos los medios legales para impedir la importanción de la PS3 a Europa. La nueva consola se pone a la venta el mes que viene en Estados Unidos y Japón, pero Europa tendrá que esperar todavía algunos meses.
Me entero por Enrique Dans, quien a su vez se enteró por Mangas Verdes, de que soy finalista a los premios BOBs en la categoría Mejor weblog en español. Pues eso, si me quieren votar, lo pueden hacer aquí.
Los otros finalistas son:
eBlog, Enrique Dans, Periodismo Incendiario, OJObuscador, Porsilasmoscas.net, Error500, Mangas Verdes, el Manifestómetro y La Huella Digital.
Una vez más, constato la curiosa sensación de encontrarme rodeado de gente tan interesante.
Efervesciencia es un programa sobre ciencia que comienza mañana su andadura en la Radio Galega (sintonización). Se emitirá los domingos de 10 a 10:30 y se puede escuchar en directo también en www.crtvg.es. La página dispone de un servicio de radio a la carta que permite oír el programa unos días después.
El programa también mantiene un calendario virtual de actos relacionados con la ciencia.
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Lo bueno de tests como Worldview Quiz es que no tienes que pensar en nada. Te limitas a responder a 23 preguntas y te dice qué posición ocupas en el mapa de las visiones del mundo. 10 en ciencia y 10 en progreso, lo mismo que PZ Myers y, según dicen en la página del test, Carl Sagan (aunque Sagan defendía el Seti). Algo así: