[Recibido] La espada mágica. El cine fantástico de aventuras de Carlos Aguilar

Amenazaba con ser un sábado tonto y no lo ha sido. Empezó muy bien, dejándome por sorpresa este libro de Calamar Ediciones: La espada mágica. El cine fantástico de aventuras de Carlos Aguilar. La edición es una delicia. Tapa dura -en el encarte la llaman «cartoné al cromo»- que me recuerda mucho a los libros de aventuras que leía cuando era niño (incluso tiene cinta roja para marcar la página); Los hijos del capitán Grant y similares. Está profusamente ilustrado, con más de 350 ilustraciones en 256 páginas, la mayoría de ellas en color. Y un detalle que me ha encantado: las notas al texto aparecen en los laterales de las páginas, para que sean más cómodas de consultar. Todo eso, claro, tiene un precio, y es de 24 euros. Estará a la venta a partir del 15 de abril.

De la contraportada:

Este libro constituye un apasionante recorrido por el cine fantástico de aventuras, que tantas obras maestras ha legado al Séptimo Arte. Un viaje que llevará al lector a través de diferentes épocas y regiones, mitos y personajes: la fantasía oriental simbolizada por el Ladrón de Bagdad o Simbad, las mitologías de la antigua Roma y la Grecia clásica, las expediciones a mundos perdidos poblados por animales prehistóricos, el rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda, la indonesia Reina Serpiente y el ?lipino Zuma, King Kong y la Diosa de fuego, el Señor de los Anillos y las crónicas de Narnia, los seres sobrenaturales de Japón y China, el brutal Conan y la bella Sheena, Sigfrido y Sadko…

Capítulo aparte precisa el mítico productor y técnico de efectos especiales Ray Harryhausen, y no se olvidan los antecedentes culturales y literarios de tan arrebatador género, repleto de las creaciones más delirantes: héroes superlativos y hechiceros, dioses y demonios, ogros y dragones, amazonas y sirenas, déspotas inhumanos y muertos en vida…

John Phillip Law, actor de culto, introduce este singular y fascinante volumen, en su condición de protagonista de un hito del género, El viaje fantástico de Simbad.

Y sobre Carlos Aguilar:

Nace en Madrid en 1958. Comienza a escribir en 1979 en el campo de los fanzines, dentro del cual edita el primero especializado en cine fantástico, Morpho, mientras estudia Psicología y Cine. Desde entonces, sumando autorías individuales, colectivas y compartidas ha publicado más de cuarenta libros sobre cine entre España, Italia y Alemania, entre los cuales se encuentran Guía del Video-Cine (7ª edición), Sergio Leone (2ª edición), Cine Fantástico y de Terror japonés y Yakuza cinema. Crisantemos y dragones, ambos en colaboración con su hermano Daniel, o el reciente Guía del Cine (2ª edición). Cine aparte, es autor de cuatro novelas: La interferencia, Simbiosis, Coproducción y Nueve colores sangra la luna.

Entre los premios que ha recibido destacan las distinción «Cien Años de Cine» para Las estrellas de nuestro cine, la «Placa Sergio Leone» por sus dos volúmenes sobre dicho cineasta (Festival de Torella dei Lombardi) y el «Mino de Honor» al conjunto de su carrera (Semana de Cine Fantástico y de Terror de Cáceres).

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El teléfono de Disney

Siempre puedes confiar en Disney para crear un servicio de telefonía móvil que parece sacado de 1984, diseñado para ofrecer a los padres una falsa sensación de seguridad. El servicio está destinado a los jóvenes, pero los beneficiarios son los padres. Con él, se podrá vigilar todos los usos del teléfono: voz, texto, video, imágenes, etc… Es más, el uso de GPS permitirá localizar a los chicos en cualquier lugar.

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Judas

Resulta que Judas es noticia. Han traducido un documento en copto de hace un montón de años, un evangelio de Judas escrito por una oscura secta del pasado. Dejando de lado que se trataría de un evangelio escrito mucho tiempo después y por una secta de interesados (vamos, como todos los evangelios), lo curioso del texto es que reivindica la figura de Judas. Traidor, sí, pero traidor necesario, traidor pedido y designado, porque la historia a contar precisaba un traidor. Es decir, ejecutó un papel que formaba parte del plan maestro de Dios.

Ninguna sorpresa. Lo normal. Tampoco es que haga falta ser un lince para llegar a semejante conclusión. Basta con considerar a Dios omnisciente y omnipotente, para deducir que incluso el papel de Judas estaba marcado.

Pero lo realmente triste del caso es que esos señores coptos hace muchos siglos se inventaron una cosa sin demasiada gracia. Puestos a reivindicar a Judas, ¿por qué no ser un poquito más original? No es por comparar, pero parece que Jorge Luis Borges le ganó en imaginación a todo un ejército de cainitas coptos en su cuento «Tres versiones de Judas», donde se inventó un evangelio para Judas mucho más molón y cañero. Vamos, la prueba es que hasta ahora nadie le ha otorgado la más mínima consideración teológica a esa invención de Borges, demostración irrefutable de su valía, ya que Dios no desea que se propale en la tierra Su terrible secreto.

Lo de esta secta parece más bien un remake hollywoodiense de una genial película islandesa. Es que falta imaginación.

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