Serenity, edición australiana
Ya se puede comprar Serenity en su edición DVD de Australia. Tiene cuatro extras que no están presentes en las otras ediciones. No sé la razón.
(vía WHEDONesque)
Ya se puede comprar Serenity en su edición DVD de Australia. Tiene cuatro extras que no están presentes en las otras ediciones. No sé la razón.
(vía WHEDONesque)
Por fin, una asociación a la que me gustaría pertenecer: la AEP (Asociación de Escépticos con Poderes). Se explica en Superpoderes:
La AEP (Asociación de Escépticos con Poderes) agrupa a más de cincuenta personas que han visto sus truncadas creencias materialistas y racionalistas al haber desarrollado alguna aptitud que la ciencia no puede explicar. O que aún no puede explicar, como se empeña en añadir Juan García Palacios, un físico que cura el cáncer de mama por imposición de manos y que es presidente de la AEP desde el año pasado. «Cuando descubrí que tenía este poder –explica–, me costó asumirlo. Pero creo que ya me voy haciendo a la idea. Seguramente tengo algún tipo de radiación en los huesos que… Bueno, no sé, pero todo tiene una explicación lógica, seguro».
Prime Time (publicado por Calamar Ediciones) no es sólo un libro entretenido y ágil sobre series de televisión. Es también toda una declaración de principios, una demostración con garbo de que las series de televisión tienen la calidad suficiente como para ser consideradas igual que cualquier otra creación y que el estudio de las series de televisión puede ser tan serio y gratificante como el de cualquier otra creación humana. Un logro asombroso, la verdad, en tan pocas páginas.
Prime Time cubre aproximadamente los últimos 20 años de la televisión americana, y se centra exclusivamente en las series dramáticas. Va comentando las series brevemente, dedicando más espacio a las mejores, como Buffy o Los Soprano. Pero no se limita a detallarlas cronológicamente sin más; la autora las va encajando en un marco histórico, mostrando cómo los cambios en la industria y en las cadenas van provocando cambios en el tipo de series que se pueden hacer o emitir. Así, el libro está dividido en capítulos que señalan esas transiciones, como «No es televisión, es HBO» –Hermanos de sangre, Los Soprano, A dos metros bajo tierra– o «Las networks contraatacan: la fórmula y cómo superarla» –Perdidos, Hospital Kingdom, El ala oeste de la Casa Blanca. Incluso un último capítulo está dedicado al impacto del 11 de septiembre en las series americana. Esa estructura subyacente evita el peligro, en este tipo de libros, de convertirse en una simple letanía de series.
El libro está muy bien escrito y estructurado. Es muy fácil de leer y hará las delicias de cualquier aficionado a las series. Comenta tantas, que en algún momento se te cruza una que no recordabas –El autoestopista– y comprendes que eres más aficionado a la tele de lo que creías. También reivindica varias que pasaron sin causar mayor impresión. Por ejemplo, dice de Xena: «La amplia creatividad del programa, uno de los más infravalorados de la década, se apreció en capítulos tan interesantes como el musical ‘Una suite amarga'». Efectivamente. También se permite en algún momento la crítica: «Gene Roddenberry, una figura sobrevalorada debido a la inmensa repercusión en la cultura popular de Star Trek y cuyo mayor mérito fue tener ideas interesantes que sólo obtuvieron éxito cuando fueron desarrolladas junto a (o por) escritores de más talento».
El libro se completa con una selección de diez capítulos imprescindibles para apreciar la gran calidad de las series actuales. Las series son: Angel, Los Soprano, Alias, Buffy, cazavampiros, The Shield, al margen de la ley, 24, Everwood, Deadwood, Galactica: Estrella de combate y House (eso sí, me alegra mucho que diga que una serie como Buffy se merecería más de un puesto en la lista). Algunos de los capítulo referenciados los he visto, y efectivamente son muy buenos, lo cual, junto con el magnífico análisis de cada uno que la autora logra en un párrafo, me deja ganas de ver los que me faltan.
Muy recomendable.
Vi un comentario sobre este libro, escrito por Antonio Aparicio y César Esteban, en El lobo rayado y me llamó la atención. Las pirámides de Güímar son uno de los ejemplos más curiosos de invención del pasado en Canarias. Como intuía que no lo encontraría en librerías de Santiago, le pedí a mi amiguito Locke que me lo comprase. Así lo hizo y correos ha tenido a bien entregármelo hoy (enviado el viernes y recibido el lunes, no está mal).
Las Pirámides de Güimar son unas construcciones del tipo de pirámides escalonadas localizadas en el Municipio de Güimar, Tenerife. Ignoradas durante muchos años, a principios de los años noventa llamaron la atención de arqueólogos y muchos pseudocientíficos puesto que se sugería que dichas construcciones habían sido construidas por los guanches, los habitantes pre-hispánicos de la isla. Incluso se desarrolló toda una teoría según la que las Pirámides de Güimar eran el nexo entre las famosas Pirámides de Egipto y las Pirámides de Mesoamérica. Uno de los argumentos que defendían, según sus autores, esta idea era que las Pirámides de Güimar están orientadas astronómicamente: el eje mayor de la pirámide más grande apunta directamente hacia la puesta de Sol en el día más largo del año, el Solsticio de Verano. Además, a esto hay que añadir un hecho singular: dado el horizonte que se vislumbra desde el lugar, justo ese día el Sol se pone y a los pocos minutos reaparece, brevemente, entre un hueco de las montañas. A este fenómeno se conoce como doble puesta de Sol. César fue de los primeros investigadores serios que, ayudado con medidas astronómicas precisas, determinaron la orientación de las pirámides. El revuelo estaba asegurado.
Uno entra en la tienda a ver si han llegado juegos nuevos, y se encuentra con una camiseta que dice «Mira detrás de mí ¡¡Un mono de tres cabezas!!». ¿Qué ser humano que haya tenido infancia podría resistirse?
Lo mejor es que efectivamente en la espalda lleva un mono de tres cabeza. Es una camiseta de Ropa Friki.
Pleo es este bonito bebé de Camarasaurus sauropod. Tiene 40 sensores, 14 articulaciones y es capaz de mostrar varios tipos de comportamiento. Es parte de una nueva línea de juguetes de la empresa UGOB.
No puedo creer que lo hayan inventado… va de la perplejidad diaria con la que uno responde al mundo que le rodea, cuando encuentra todo tipo de cosas de cuya existencia no sólo no sospechaba, sino que de haber sospechado hubiese considerado imposibles (¿ruedas para el móvil?).
Una cuidada selección de los gadgets, inventos, engendritos y artilugios que florecen por doquier en los abonados campos de la que se ha dado en llamar «sociedad de la infomación» y que son consumidos con avidez por la creciente comunidad de frikis, geeks y gente rara en general.
Porque no me negarán que estos peluches espeluznantes o el aparato digestivo hecho a ganchillo son geniales.
Ya sé, es la segunda vez en pocos días. Pero es que su Fragmento de una historia de la escritura me ha hecho mucha gracia:
Antes de la invención de la imprenta, los libros eran artículos muy costosos, de lujo, al tener que copiarse a mano. Se calcula que tres monjes morían en el proceso de copia de cada libro. De media. Porque, por ejemplo, algunos documentos recogen que con cada copia de un libro de poemas del abad Marius Benedettus morían siete u ocho monjes, si bien es cierto que en este caso la mayoría se suicidaba.
Lego se decidió al fin a remodelar su Mindstorms, el kit de construcción de robots que presentó hace unos años. El nuevo, llamado Mindstorms NXT, parece muy atractivo, con un corazón de 32 bits, bluetooth y nuevo sensores y motores. Eso sí, cualquiera sabe cuándo se podrá comprar en España.
Uno de los aspecto más interesantes de Mindstorms NXT es cómo ha sido diseñado. Pidieron ayuda a la comunidad de usuarios de Mindstorms para conseguir un mejor producto. ¿Quién sabe mejor cómo usar tu producto que la gente que efectivamente lo usa con pasión todos los días?
Por cierto, que incluso tienen una bitácora sobre el cacharro: nxtbot.com.
¿Se le podrá acoplar un GPS?
Sara los vio en la bitácora de JJ y pensó que serían un buen regalo para mí. Así que me compró unos preciosos lápices negros que dicen «pjorge.com». ¡Qué guay!
Son ideales para regalar. Pero son muy poquitos para eso. Mejor lo usaré con mis moleskines.