El tanka es una composición japonesa de 31 sílabas (menos famosa que el haiku) muy apreciada poéticamente. Pues el tanka ha entrado aullando y pataleando en el siglo veintiuno reconvertido en keitai tanka, es decir, tanka escritos y distribuidos en el móvil. Sin embargo, lo interesante no es eso. Lo realmente curioso es la reacción de los sectores más tradicionales que incluso llegan a la conclusión de que eso realmente no es tanka. O, como dice uno de ellos:
«Compared with traditional tanka, these are not literary pieces,» Mr Inose says. «It’s like the difference between a beautifully composed photograph of a landscape, and the kind of snapshot which young people take with a mobile phone camera.»
Todo porque antes:
Tanka students spend years mastering the use of stylised epithets called «pillow words» and use erudite literary allusions from classical literature. «Sometimes a poem can take me three or four months to refine,» says Setsuko Utsunomiya, 60, a poet from Oita. «I can’t help feeling that mobile tanka are a completely different thing.»
Damos muchas vueltas, pero siempre volvemos al mismo punto.
(vía textually.org)