[7610] Móvil y GPS

Como en Mongo llovió durante dos semanas -un periodo de tinieblas y oscuridad que por suerte parece haber pasado: ahora hay sol, cantan los pajaritos y dan ganas de salir a hacer cientos de fotos (hoy mismo he visto un sendero perdido que tiene pinta de llevar a algún lugar interesante; ya exploraremos)- no pude salir a probar mi GPS Bluetooth. Es de marca GSpace -es decir, de padre desconocido- uno de esos productos que cumplen con su misión sin dar mayores problemas. Lo conseguí gracias a los buenos oficios de Canopus. Hace tiempo que quería uno, para poder usar simultáneamente con el móvil.

Para probarlo, me llevé móvil y GPS junto con un Ipaq equipado con chaqueta GPS (para verificar si daban la misma posición y eso). Aquí están, dando sus medidas:

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Lo probé con el 7610, porque los teléfonos de serie 60 admiten Python y leer el Bluetooth con Python es mucho más simple que con J2ME (es triste decirlo, pero así es la dura realidad). Todo va sin problemas. Basta con emparejas móvil y GPS y a partir de ahí todo funciona (también se empareja sin problemas con el 7710, pero no tengo software para probarlo). Para leerlo, he empleado uno de los scripts de PyTrek (el que simplemente lee el GPS):

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Y nada, funciona. Ahora será cuestión de darle algún uso divertido. Como lo de cazar vértices geodésicos o algo:

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Nokia N91

Los teléfonos móviles van comiendo terreno a velocidades cada vez mayores. Por un lado, está la necesidad de inducir al cambio de teléfono cada poco tiempo. Y por otro lado, las mejoras tecnológicas hacen posible que los teléfonos hagan cada vez más cosas. El móvil es un dispositivo que ya llevamos encima continuamente, por lo que, al menos para un sector de clientes, tiene todo el sentido que vayan ganando en opciones.

Nokia da un paso adelante en su gama con el N91, un teléfono 3G con características ciertamente interesantes.

El N91 está pensado para reproducir música por lo que soporta distintos formatos musicales (MP3, AAC, AAC+, eAAC+, Real V8, WAV, WMA, M4A, AWB, SP-Midi, AMR, WB-AMR, Nokia Ring Tones, AMR-NB, AWB) y tiene las características habituales de dispositivos musicales (ecualizador, teclas dedicadas, posibilidad de recibir una llamada mientras se oye música, posibilidad de reproducir música sin tener tarjeta SIM). Lo mejor, hasta 4 gigas internos para almacenar música.

Pero no acaban ahí las características. Porque el N91 también soporta WiFi (WLAN 802.11b/g) y Bluetooth, y trae de serie una cámara de 2 megapíxeles (1.600 x 1.200) que permite capturar fotografías en varios formatos (JPG, YUV y RGB). Además, es un teléfono serie 60, por lo que en principio debería soportar Lifeblog y Python.

Vamos, que tiene toda la pinta de ser una joya. Eso sí, no estará disponible hasta el último trimestre del año. Los de Nokia me lo ponen cada día más difícil para elegir.

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Serenity, el trailer

Una predicción: Serenity será la mejor película de ciencia ficción del 2005 (sí, sé que este año se estrena una cosa galáctica de ésas, por eso). Sucesora de la impresionante serie de ciencia ficción Firefly (tan buena, que sólo les dejaron hacer 15 episodios) nacida del genio creador de Joss Whedon. Sabiendo que iban a hacer una película, ya escribí sobre Firefly en mi columna bimestral de la revista Solaris. Esto dije:

Caballos y nave espaciales: Firefly

Pues sí, caballos. Porque en Firefly, a pesar de ser una serie de ciencia ficción -una revisión del tópico narrativo del imperio galáctico, los granujas renegados y los piratas del espacio-, hay caballos. Muchos caballos. Es más, en cuanto la nave toca el suelo de un planeta, todos a montar caballos. Incluso los caballos salen en el montaje de los títulos de crédito.

Hay más. El imperio. El imperio es muy corporativo, con una misteriosa empresa llamada Blue Sun que aparece de fondo. Pero si se presta más atención, el espectador observará con sorpresa que el «imperio» -llamado La Alianza- es una combinación de Estados Unidos y China, las dos únicas superpotencias supervivientes. De fondo se aprecian muchas influencias chinas y de frente los personajes maldicen en chino. Incluso la bandera, es una mezcla de la bandera china y americana.

Unos años antes del arranque de la serie, una guerra enfrentó a la Alianza contra los mundos independientes. Ganó la Alianza -que se pasea con naves majestuosas y verticales que se mueven seguras por el espacio- mientras que los independentistas huyeron como pudieron y ahora viven en los intersticios que deja la Alianza. Las naves de los independientes están «filmadas» cámara en mano -no tan difícil como parece, ya que todas las naves están generadas por ordenador- por lo que se agitan continuamente con efecto «documental».

La serie se concentra en una nave en particular, Serenity, un carguero de tipo Firefly. Su capitán es Malcolm «Mal» Reynolds, un excombatiente convertido ahora en pillo de poca monta, que dirige más mal que bien a su tripulación, que intenta que la Alianza no lo fusile un día de estos y que… Y qué es a todos los efectos Han Solo, pero con pasado de verdad, y que cuando pone cara de dolor, sabes exactamente por qué sufre.

El resto de la tripulación es igual de variopinta. Una prostituta de lujo -tiene tanto nivel social, que nadie sabe qué hace en la nave-, un sacerdote con oscuras conexiones con la Alianza, un piloto coñón, una militar que seguiría a su capitán hasta el fin del mundo, un mercenario algo tontorrón, una pareja de hermanos que huyen de la Alianza (él es médico dotado, ella posee grandes poderes mentales). Todo ellos con pasado, con traumas, con personalidad, cambios de humor y demás. Porque lo mejor no lo he dicho todavía:

El creador de la serie es Joss Whedon, el genio detrás de Buffy y Angel. Y aquí demuestra que es guionista de televisión de tercera generación. Hay momentos deliciosos, diálogos chispeantes, reflexiones profundas y nunca, nunca, nunca, pasa lo que esperas. En cuanto la serie se topa con un cliché, lo pulveriza atravesándolo sin contemplaciones. Les pongo sólo dos ejemplos:

Al capitán le están dando de lo lindo. Al hombre lo tienen casi muerto y el matón de turno lo está estrangulando. El piloto de la nave corre a socorrerlo, pero la segundo de a bordo le retiene diciendo algo así como «Es algo que el capitán tiene que hacer solo». A lo que el mentado capitán responde algo así como «La verdad es que no».

Otro. En un episodio sale un cazarrecompensas. El hombre lleva toda la vida en el espacio, dando vueltas por ahí en la soledad de su nave, cazando gente. Le han mandado capturar a River -la hermana con superpoderes. Lo que se muestra en el episodio es cómo llega hasta la nave, los espía a todos, aprende sus puntos débiles, los deja fuera de servicio a cada uno de forma diferente y encima explica su filosofía vital. Lo interesante de verdad es que el personaje ya es conocido: Bobba Fett. Pero en esta ocasión, le dejan hablar y explicarse.

Firefly ofrece una magnífica revisión de los tropos de la ciencia ficción, sobre todo en su versión cinematográfica y televisiva. Aspira a conservar el sentido de la aventura y el entretenimiento sin sacrificar por eso la inteligencia. Por desagracia, duró muy pocos episodios. Sin embargo, en un giro inesperado, va a convertirse en película, con el título de Serenity, para estrenarse en 2005. Ya se habla incluso, de que vuelva a ser una serie de televisión. No me digan que no es raro. Mientras tanto, podemos tomarla como una espléndida miniserie de televisión, donde el género alcanza niveles rara vez logrados antes.

Ah, lo de los caballos. Sí, es que todos los planetas extraterrestres están sufriendo terraformación y por ahora se parecen bastante a… ¡sí, al oeste! Tampoco hay insfraestructura, de ahí la necesidad de usar caballos.

No hay alienígenas, por cierto. Y tampoco hay sonido en el espacio. Mejor aún, los productores saben emplear la ausencia de sonido como un elemento dramático.

Y ahora, por fin, hay trailer de Serenity. Y esto todo lo que los fans de la serie esperábamos y más. Y si quieren ver a Han Solo, al original, al que salía en las películas galácticas antes de los sucesivos revisionismos históricos, esperen un poco al final. ¿Lo ven? Si es que no hay color.

Y ahora a esperar, como mínimo, hasta septiembre. Qué largo se me va a hacer.

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[Recibido] La religión de los samurai de Kaiten Nukariya

El tema central de este libro, La religión de los samurai de Kaiten Nukariya (isbn: 84-493-1715-0), me resultó interesante desde un principio, siendo un clásico del estudio del budismo en su vertiente zen (en la introducción aclara que va a explicar una forma de budismo más desconocida en occidente). La editorial ha tenido la amabilidad de enviarme un ejemplar y podré comentarlo.

De la contraportada:

El budismo zen se introdujo en un principio en Japón como la religión de los samurai o la clase militar, configurando el carácter de muchos destacados soldados y estadistas. Pero este hecho de todos conocido se entenderá mejor si se lee este libro, donde se explica que la disciplina mental del zen equilibra la mente haciendo que uno no sea apasionado ni desapasionado, ni astuto ni poco inteligente, ni hipersensible ni insensible. Fomenta el autocontrol, subyuga pasiones tan perniciosas como la ira, la envidia, el odio y otras similares, y despierta emociones como la empatía, la compasión o la generosidad. Es una forma de iluminación, ya que disipa la ilusión y las dudas y, al mismo tiempo, aniquila el egoísmo, destruye los deseos poco sanos, eleva los ideales morales y revela la sabiduría innata, condiciones todas ellas que debía reunir todo buen samurai.

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