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(vía del.icio.us)
[Estoy escuchando: «I Was a Little Too Lonely (And You Were a Little Too Late)» de Nat King Cole and His Trio en el disco After Midnight [Bonus Tracks]]
(vía del.icio.us)
[Estoy escuchando: «I Was a Little Too Lonely (And You Were a Little Too Late)» de Nat King Cole and His Trio en el disco After Midnight [Bonus Tracks]]
Esperaba ir a esta película, entretenerme y reírme un rato. Lo que no esperaba era no sólo entretenerme y reírme sino disfrutar tanto del simple hecho de mirarla. No sólo está rodada con mucho estilo y gracia, encadenando situaciones resueltas con mucho ingenio, sino que además se trata de una película francamente bonita. Desde el comienzo cuando la protagonista, La Novia, se acerca a una casa que parece de caramelo, hasta el final, un duelo a katanas en un precioso jardín japonés cubierto de nieve, la película es una pura delicia visual.
Tarantino cuenta su historia de venganza, repleta de personajes deliciosamente extravagantes y ocurrencias imposibles, mezclando referencias, géneros y comentarios. Desde unos asesinos que llevan antifaz, hasta interrumpir la película para pasar a los dibujos animados para narrar el origen de un personaje, nada le detiene. La violencia es de caricatura, tan absoluta y deliberadamente exagerada que no molesta en absoluto. Los miembros amputados y los chorros de sangre son de lo más normal, pero causan más risa que otra cosa (que es lo que pretenden). Curiosamente, las escenas de violencia más impactantes se producen en el fragmento de dibujos animados. El dibujo animado permite destacar elementos concretos y en este caso consigue transmitir el horror, acompañado de claustrofobia, que está sufriendo el personaje protagonista de ese segmento.
El resultado final es francamente muy bueno. Lo que logra Tarantino es una curiosa película divertida y bonita, que además transmite el sentido épico de una historia y la naturaleza del personaje central. Lo hace apenas sin diálogo y con algunas pocas narraciones para ponernos en situación. En su mezcla de género, y en el juego continuo de referencias, incluso termina con un tremendo cliffhanger en espera de la continuación.
Mi escena favorita: la del bar de sushi de Okinawa.
[Estoy escuchando: «When I Grow Too Old to Dream» de Nat King Cole and His Trio en el disco After Midnight [Bonus Tracks]]
Rana de tres cabezas. Y parece que es de verdad.
[Estoy escuchando: «When I Grow Too Old to Dream» de Nat King Cole and His Trio en el disco After Midnight [Bonus Tracks]]
Relajante después de un largo día de trabajo frente al ordenador.
(vía Solonor’s Ink Well)
[Estoy escuchando: «Pero qué hermosas eran» de Joaquin Sabina en el disco 19 Días y 500 Noches]
La famosa patente de Eolas, que básicamente cubría el mecanismo de plug-ins de navegadores como Internet Explorer, ha quedado invalidada por la propia oficina de patentes de Estados Unidos responsable de concederla inicialmente. Ante las críticas del sector tecnológico, la oficina decidió revisar la patente.
(vía Techdirt)
[Estoy escuchando: «A mis cuarenta y diez» de Joaquin Sabina en el disco 19 Días y 500 Noches]
No lo digo yo, lo dice Víctor R. Ruíz en esta entrevista:
El fenómeno lo veo imparable. No todos los internautas tienen necesidad de escribir, pero creo que aunque sea sólo un 30% los que quieran decir algo, es una cantidad enorme.
Creo que todavía no somos capaces de vislumbrar las consecuencias de esta conversación abierta de cientos de millones de personas.
Con vídeo y todo, por cierto.
Mauro Entrialgo es uno de los mejores autores de cómics del país. Posee una mirada envidiable que le convierte en observador privilegiado de la realidad. Ve más allá, atraviesa algunas capas, y hace sus chistes dejando de lado las chanzas obvias y fijándose en aspectos más fundamentales. En ese sentido, el personaje Ángel Sefija debe ser un trasunto del propio autor: un observador profesional, alguien que no se limita a mirar, sino que se fija, que disecciona y analiza. Las dos recopilaciones disponibles de sus páginas (que se publican en El Jueves) son una delicia de leer.
Pues bien, en el número de El Jueves de hoy miércoles (el número 1.397 para más señas) Ángel Sefija en las bitácoras. Y el resultado no es sólo divertido, sino que los cuatro chistes resumen algunas de las características más positivas e interesantes de las bitácoras. Vamos, que los chistes son sobre bitácoras, no contra las bitácoras.
Al pobre Algernon si pusiese un circo le crecerían… le crecerían los avestruces… no… los topos. Eso. Si Algernon pusiese un circo le crecerían los topos. El pobre dejó ayer un entrada explicando su decisión de añadir un botón de Paypal. Dicho botoncito permitiría el envío de donaciones voluntarias destinadas a sufragar sus gastos de mantenimiento de su bitácora.
La iniciativa queda ahí, sin más requerimientos para el lector. Si a alguien le hace gracia lo que Algernon escribe, y le apetece colaborar a que siga escribiendo, pues se le deja una ayuda. Y si no, pues nada. Todos tan felices.
Como bien comenta Algernon, las bitácoras americanas llevan años solicitando donaciones para mantenerse, y en algunos casos con notable éxito. Recuerdo recientemente una página de crítica de cine que reunió casi 3.000 dólares, destinados a mantener a su autora durante un mes para que pudiese escribir buenos resúmenes del año. La gente que quiso, pagó.
Por desgracia, en este país nuestro, ese tipo de cosas no se pueden hacer impunemente. La entrada de Algernon desató todo tipo de críticas, en algunos casos rozando el histerismo. Hay argumentos para todos los gustos, desde invocaciones a que no es ético y moral que una bitácora haga esas cosas (?) hasta aquel tan querido por nuestras madres: «si las bitácoras americanas se tirasen por un barranco, ¿también te tirarías tú?».
Pues fíjense ustedes, a lo mejor sí. Después de todos, si las bitácoras americanas empiezan a tirarse por un barranco, lo hacen durante años, no les pasa nada malo y encima obtienen algún beneficio, ¿no se plantearían si quizá dar ese paso al borde del abismo?
Todo esto que he escrito no es más que para apoyar a Algernon en su experimento. Me parece perfecto que busque vías para financiar su página. No hace mal a nadie. No exige ningún pago obligatorio. Y en el futuro quizá le sirva para dedicarse a su página a tiempo completo. Cosas más raras han pasado.
Por otra parte, estimado lector, no tema, no es mi intención pedir dinero para el mantenimiento de esta página. Son varias las razones. En primer lugar, por suerte y por el momento, nos lo podemos permitir (sí, nos, que aquí hay más de una persona que apoya el invento). En segundo lugar, porque francamente prefiero el Amazon Honor System a Paypal (de los que he leído historias terroríficas). Y tercero, porque más que dinero, preferiría que me comprasen libros de mi lista de los deseos. Sí, ya sé, pero por tenerla tampoco pasa nada.
Lo mejor de ir mirando la gente que te enlaza es que sueles llevarte sorpresasa agradables e interesantes. Como la bitácora Programación Lógica y Recuperación de Información:
Espacio dedicado a la programación lógica y la recuperación de información, con una atención especial al lenguaje Prolog y otros lenguajes afines, pertenecientes al paradigma lógico y declarativo. También se tratará de hablar de estos temas desde la perspectiva de la Biblioteconomía y la Documentación.
[Estoy escuchando: «They creep on apace» de Gilbert y Sullivan en el disco H.M.S. Pinafore]
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