A Juan Cueto le gustan las bitácoras

Ayer, EPS, el suplemento dominical de El País, incluía una muy positiva columna de Juan Cueto sobre las bitácoras llamada, apropiadamente, ?Cuadernos de bitácora?. No sólo le gustan como idea -aunque lamenta el limitado número de bitácoras en español- sino que además defiende la traducción de bitácora. Después de comentar las múltiples metáforas marineras a las que se presta internet comenta:

En segundo lugar, los blogs son esos diarios personales del piloto que se guardan donde se guarda la aguja de marear, en la bitácora (derivado de bitacle, del francés habitacle) y en los que quedan registrados el rumbo, velocidad de crucero, los oleajes, las maniobras y todos los avatares y pensamientos, tantas veces íntimos, de los pilotos internautas: la exacta definición que da nuestro Diccionario de «cuaderno de bitácora». Y en tercer lugar, en fin, dado que en el ciberespacio se navega con bits y no con átomos, nada más lógico y feliz que bit-ácora para redondear tecnológicala palabra del año.

Cita a bitacoras.net (cuyos responsables deben estar hoy encantados) y comenta el gran impacto que han tenido en Estados Unidos en varios frente. Para concluir:

No todos los días puede uno asistir al nacimiento de un nuevo poder, digamos el sexto, y está cantado que esta nueva marinería respondona, corsaria, grafómana y panta(esos screen-agers menores de 30) acabará imponiendo sus libertarios abordajes a la sociedad de la información: empor el abordaje al poder los opinionistas y columde cabecera, aquí y en Pekín.

Pero no todo iban a ser parabienes. Hay algo que lamenta en la blogosfera hispana y lo comenta al final:

El problema de los blogs de este país, al margen de su esimplantación, es el siguiente. Llevo observándolas de cerca varias semanas convencido de que son el futuro de esto y llego a la conclusión desmoralizante de que la mayor parte d nuestras bitácoras, con excepciones que apenas superan la media docena, son redundantes. Son una reproducción literal por otros medios del mismo bipartidismo político, mental, meático, cultural y religioso que arrasa en la opinión pública española. Son cruceros de la doxa, casi nunca singladuras de ha paradoja. Pocas veces doblan airosamente el cabo de Horos de nuestro pelmazo maniqueísmo oficial y politiquero.

Una crítica que siempre podría hacerse sobre cualquier medio cultural -editoriales, revistas, periódicos, televisiones y demás. En ese aspecto, se podría argumentar que las bitácoras no hacen más que reproducir la situación que se da en otros métodos similares de transmisión. Pero también a los bitacoreros les gusta declarar que precisamente su medio es diferente, por contener la voz de una persona, voz más ?auténtica? y ?sui generis?. También se podría argumentar que las bitácoras son asuntos puramente personales y que por tanto la redundancia no es un problema es más, podría decirse que es condición necesaria para que exista el conjunto. Sin embargo, también son los mismos bitacoreros los que declaran la importancia de lo que hacen; ¿se puede aspirar a ser importante mientras te escudas en la afición para hacerte inmune a las críticas? Por otra parte, se podría argumentar que unas pocas semanas no son tiempo suficiente para hacerse una composición de lugar. Pero también es muy probable que cualquier potencial lector -por ejemplo, alguien que llegase a las bitácoras por consejo de esa columna- se encontrase en una situación similar.

Pues ésa fue la agradable sorpresa del domingo, encontrarme a Juan Cueto hablando de bitácoras. Debe ser una de las pocas ocasiones en la que leo un comentario sobre bitácoras en la prensa escrito por alguien que ha decidido seguir al medio a ver hasta dónde llega. Un cambio agradable.

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