Esos malvados comunistas

Un divertidísimo cómic de los años 60 sobre el peligro del comunismo internacional. Empieza con un tremendo «what if»: ¿qué pasaría si URSS conquistase Estados Unidos? Esos malditos comunistas, pensando todo el día en derribar el monumento a Washington. Luego pasa a detallar la historia del comunismo, curiosamente sin mentir en exceso, porque después de todo, es cierto que los líderes comunistas eran una panda de asesinos sociópatas. Y todo acaba con un curita bienintencionado ofreciendo consejos para que los jóvenes puedan combatir el comunismo: formarse mental y físicamente, seguir los preceptos de Cristo, rezar mucho. Todo para que triunfe la «verdad» con estas aleccionadoras palabras finales:

Now it is your duty to prepare for the fight that may lie ahead of you. Pray hard and work hard, for the success of the battle may well be up to you.

Y luego hablan de que los cómics modernos pervierten a los jóvenes. Impagable.

(vía BoingBoing)

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Esos maravillosos juguetes

Las dos bitácoras más famosas sobre juguetitos y cacharritos varios (gadgets, pa entendernos) son Gizmodo y Engadget. Pero hay más, y MIke Elgan nos ofrece una lista de sus preferidos. De la que yo he extraído mis preferidas:

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Cuentos de lluvia y de luna, de Ueda Akinari

Cuentos de lluvia y de luna, de Ueda AkinariLo pille hoy en la librería cuando fui a por el de Diderot. Salí un poco frustrado, porque también aspiraba a llevarme Mil grullas y uno de Tanizaki. No pudo ser, pero están pedidos. Mientras tanto:

Ueda Akinara publicó en 1776 la que es considerada obra máxima de la literatura clásica japonesa en el género de lo fantástico y lo sobrenatural. Sus relatos contienen ciertas características fundamentales de la narrativa japonesa: manejo del lenguaje, minuciosidad en las descripciones, elegancia de estilo. Por encima de todo, sin embargo, esta colección de cuentos nos transmite un fuerte interés por el hombre, que en algún momento podrá transformarse en dios o en demonio. Se perciben así los diversos semblantes del egoísmo y de la virtud humana, fluctuando en una atmósfera alucinante; al mismo tiempo, se advierte que los elementos fantásticos que se manejan no están concebidos como fines en sí mismos, sino que hay en ellos una enunciación plausible de cómo vive y debe vivir el hombre.

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El sobrino de Rameau

Félix de Azúa habla muy bien, El aprendizaje de la decepción, de El sobrino de Rameau, leyéndolo como una lucha entre el filósofo con sistema y el hombre sin sistema pero que vive la vida. Según él, gana este último, lo que es muy curioso porque Diderot es el otro. De la contraportada:

Publicado póstumamente (aunque su primera redacción datara de 1761), El sobrino de Rameau fue un texto constantemente pulido y retocado por el autor. Sátira amarga o diálogo filosófico, retrato de un París bohemio o creación poética, se trata de una obra única, personal y lúcida como pocas.

Me llama la atención la nota biográfica:

Denis Diderot (1713-1784) es una de las grandes figuras de la Ilustración francesa. traductor, escritor, Diderot hubo de renunciar a todas sus ambiciones y gusto personales (las matemáticas, Homero, el teatro…) para consagrarse durante veinte años a la dirección de la Enciclopedia.

Qué triste, cada ve que al pobre Diderot se le ocurría algo divertido, interesante o simplemente distraído que hacer (ir con mujeres malas, por ejemplo, o comer caracoles) pensaba para su mismo yo más íntimo: «no, no, me tengo que quedar en casa a sacrificarme por la Enciclopedia«. Que cruel es la vida con los grandes hombres.

Por cierto, así me gustan los libros; apenas lo he abierto y ya tengo una cita. Diderot hablando del famoso sobrino:

Todas las mañanas, cuando se levanta, su primera preocupación consiste en saber dónde comerá; después de haber comido piensa dónde cenará.

No parece mala forma de tomarse la vida.

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The River of Time de Igor D. Novikov

Acabo de terminar un libro precioso llamado El elogio de la sombra de Tanizaki (sobre como la sombra y la ausencia de luz y como afectan a la estética japonesa. Además de contener todo un canto de amor al retrete). Y ahora me preparo para leer algo de divulgación: The River of Time, escrito por un ruso que parece ser muy importante en su campo.

Can we change the past?

The surprising answer to this question can be found in the final chapters of this book.

Examining the history of the study of time, from the classical Greeks through to the present day, and presenting in detail the modern state of physical research on the subject, this book is a superb overview of a fascinating subject.

The figures who have helped to shape our views on time are presented as real people, in the context of their own times and struggles: from Socrates’ troubles in Athens, to the experiences of physicists under the former Soviet Union. In addition Novikov details his own experiences with great Russian and Western physicists, such as Sakharov, Zeldovich, Rees and Hawking, and his travels in the West before the fall of the Iron Curtain.

Details of modern theories in fields such as the possibility of time machines, anomalous flows of time (at black or white holes) and the possible source of The River of Time are described with authority and clarity. These are areas in which Novikov is himself a leading researcher.

Accessible to all, the engaging style and wonderful illustrations make this book hugely enjoyable to read.

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Esas langostas voladoras

Según la web de telecinco (hace unos minutos), se frena la llegada de langostas a Canarias, a pesar de lo cual los agricultores siguen preocupados. Me sorprende, porque miren:

Porque vamos, si esos son los bichos, yo quiero plagas así todos los días. Saldría a buscar de inmediato recipientes para hervirlos.

Más de cerca:

Yo no sé mucho de biología, pero me atrevo a sugerir que eso es un crustaceo y no un «insecto ortóptero, saltador, de costumbres migratorias, que se reproduce copiosamente, llegando a constituir verdaderas plagas para la agricultura (Pachytylus cinerascens)» (mi diccionario dixit).

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¿blogger=página personal?

Hoy domingo (ya sé que esto sale con fecha del lunes, pero para mí sigue siendo domingo) el periódico El País me ofrece una notita de curioso alelamiento. Me la encontré en la sección de la defensora del lector. Comenta hoy el uso de anglicismos en el periódico, a partir de las cartas de un señor que insiste en que los hay en exceso. Es uno de esos seudoproblemas que nos gusta plantearnos de vez en cuando. Cuando hay una entidad cultural dominante es normal tomar prestados términos de su lengua. Luego, con el tiempo, se van adaptando a la de destino y la vida sigue igual. Observen si no el gran triunfo de «evento» y «nominar» que han cambiado de significado casi de la noche a la mañana (de hecho, «nominar» ha cambiado dos veces seguidas, lo que debe ser todo un récord).

Pero particularizando, entre los anglicismos de los que se queja el lector se encuentra -empleado el mes de octubre- la palabra bloggers. Algunos de ustedes se sorprenderán porque la usan todos los días. Incluso algunos hemos empleado el verbo bloguear sin que un rayo nos partiese ni nada semejante. Yo no la suelo usar, y prefiero realizar la metonimia de extender bitácora e incluso sacarme de la chistera el verbo bitacorear (que evidentemente no sale en el diccionario, fatalidad habitual de los neologismos). Pero dejemos de lado el natural desagrado que sentimos cuando nos dicen que no debemos emplear una palabra que usamos todos los días y concentrémonos en un detalle: la defensora cita la alternativa que ofrece el comunicante:

¿no podría decirse página o portal personal?

Quiero creer que la pregunta no es retórica, que preguntaba sinceramente para aprender. Pero no puedo evitar imaginármelo henchido de satisfacción al escribir una pregunta que deja claro que no ha entendido nada. Yo he tenido páginas personales y ninguna de ellas era bitácora, o blog, hasta ésta. Que sí, que un blog es una página personal. Pero no todas las páginas personales son iguales, y es evidente que las bitácoras tienen características propias. Se me antoja un poco como pretender que a las novelas no se las llame novelas porque en realidad son libros. Pues sí, así es, pero no todos los libros son iguales, y tampoco lo son todas las páginas personales.

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Comer extrañas carnes

En Kookychow.com encontramos galerías de productos alimenticios en ocasiones muy curiosos:

All the food products featured are real. Most were purchased in the strange food section of the supermarket, ethnic groceries, or at the dollar store. We here at KookyChow.com know that many of you probably eat some of the food items featured here. The intent is not to dissuade you from eating them, or to make fun of those of you who do. Hey, we’ve been known to serve stew over cheese puffs in the KookyChow cafeteria. There’s nothing wrong with eating food that other people find absurd. In fact, there’s a big difference between absurd food, and bad food. Absurd food is a good thing. Bad food is, well…, not good.

Lo confieso, algunas de las cosas que salen me las comería sin dudarlo.

(vía 2 Blowhards)

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Kroke

No conocía a este trío -aunque sobre el escenario eran cuatro- llamado Kroke. Eso sí, venía muy recomendado, así que anoche fui al concierto que dieron en el Auditorio de Galicia, en Santiago. Efectivamente, eran tan buenos como me habían dicho. Hacen una música combinando muchas tradiciones y tendencias -en un momento dado me pareció incluso estar oyendo música canaria-, muy irónica, muy dado al juego y a la diversión. Sorprendieron en varias ocasiones haciendo cosas que nadie se esperaba, como cuando usaron una palangana de agua como instrumento musical. Es más, el virtuosismo de uno de ellos era asombroso: en un momento dado usó un contrabajo como instrumento de percusión y sonó genial.

A la salida vendía sus discos, pero la experiencia en CD debe ser completamente diferente a verlos en vivo. Gran parte del espectáculo dependía de elementos visuales, y mucha de la gracia consistía precisamente en verles hacer según qué cosas. Elementos todos que se pierden en una grabación exclusivamente del sonido. Compraré un disco y probaré.

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