Kanas en el móvil
Uno de los problemas de los que empezamos a aprender japonés es el complejo sistema de escritura. Una cosa es hablarlo, lo que es relativamente fácil, pero otra muy diferente es intentar leerlo o escribirlo. El problema es que en Japón se usan simultáneamente tres sistemas de escritura: dos silabarios (hiragana y katakana) y un conjunto de ideogramas (kanji). Por suerte, vivimos en una época en la que uno puede llevar en el móvil programitas para ayudarle a aprender esas cosas. LanguageBug ofrece dos de estas utilidades: KanaQ, para los silabarios y KanjiQ para kanji. Como a mí los kanji me pillan todavía muy lejos, tengo instalado KanaQ.
La idea es bien simple. Al arrancar el programa puedes escoger diversos detalles, por ejemplo, el silabario a practicar y el grupo de sílabas (yo siempre las pongo todas), o, alternativamente, si quieres estudiar combinaciones.
Luego le das a empezar y te van apareciendo una serie de fichas (unas 142 si escoges todos los grupos) donde se te ofrece un símbolo y debes indicar a qué sílaba corresponde, o se te ofrece una sílaba e indicas el kana correspondiente. Hay dos formatos de fichas a elegir, dependiendo del número de opciones que aparezca alrededor de la «pregunta». Para responder basta con pulsar la tecla numérica correspondiente (la «pregunta» ocupa la posición del 5).
Por supuesto, la función del programa no es enseñar los silabarios, sino ayudar a practicarlos después de haberlos estudiado por tu cuenta. Como está en el móvil, siempre lo llevas encima y puedes ponerte a estudiar aprovechando cualquier hueco libre (yo tardo unos 10 minutos en completarlo).
Se trata de una aplicación J2ME MIDP 1.0, así que muchos teléfonos modernos deberían ejecutarla sin problemas.
El único detalle penoso de este programa es que por alguna razón caduca. Es gratuito, pero al caducar tienes que instalarlo de nuevo. Como es pequeñito, en realidad te lo puedes bajar por GPRS (y eso he hecho en alguna ocasión cuando ando por la calle), pero por lo general lo mejor es tener el archivo en el ordenador al que uno conecta el móvil habitualmente y volver a instalarlo cuando es necesario. Aún así, no deja de ser un incordio.
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