El mito de Bourne

Considerando lo poco que me gustó la primera película, ¿qué hacía yo en una sala de cine viendo la continuación El mito de Bourne? Baste decir que de pesares como éste y otros está compuesta la existencia humana.

En cuanto a la película, es marginalmente mejor que la primera. A saber, se eleva un palmo por encima del fango. Carece de la más mínima originalidad (todos los elementos son clichés robados de otras múltiples películas de espías; por ejemplo, apenas empezar ya le han matado a la novia -pobre Franka Potente- para que la venganza esté clara) y la «trama» se resuelve de la forma más previsible posible (el malo maloso aparece al principio con un gigantesco cartel en la cabeza que lo señala como tal) y el plan de los malos es absolutamente idiota (si no hubiesen pretendido implicar a Bourne se hubiesen salido con la suya) y la CIA es idiota (creer que es un agente superentrenado como Bourne cometería el error de dejar una huella). Hay momentos muy graciosos (cómo volar una casa con una tostadora) y los habituales intentos patéticos de dotar el personaje de profundidad moral (Bourne no tiene ningún reparo en dejar un reguero de coches destrozados y cadáveres mutilados a su paso, pero luego no mata a los malos malos de verdad porque no es lo que ella «hubiese querido». Aparentemente la pobre se pirraba por tullir a inocentes transeúntes que pasaban por allí).

Lo malo no es que la película sea tonta, porque películas tontas las hay a montones. El problema es que es tonta mientras la ves, que ya es un pecado capital. Bueno, lo de ver es un decir, porque como un 40% de la película no se puede ver. La escenas de acción y pelea están montadas a fragmentos no ya cortos, sino cortísimos, casi infinitesimales, y es imposible hacerse una idea de lo que está pasando. El director parece pensar que emoción significa mostrar confusión. Por eso, los mejores momentos son aquellos en que Bourne juega al gato y al ratón con sus antiguos jefes. En la distancia y con cierta inteligencia.

No dudo que harán más películas de Bourne (supongo que el hombre tendrá pasado suficiente para ir minándolo durante muchos años más) pero estaría bien que la próxima vez intentasen escribir un guión antes de pasar a la sala de montaje.

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Bordados de Marjane Satrapi

Las mujeres se reúnen tras la comida y hablan de sus cosas. ¿De qué hablan? Pues repasan sus vidas, cuentan historias, diseccionan realidades, prejuicios o lugares comunes, examinan alternativas y en general pasan un buen rato. O eso cuenta Marjane Satrapi en este extraordinario Bordados que entre dibujos y textos va construyendo lentamente un tapiz, o bordado, que ilustra la vida de las mujeres en su país Irán.

Satrapi aprovecha toda la página, dibujando incluso con las palabras. Los textos están «escritos a mano» e interaccionan y informan los dibujos. Las historias son en ocasiones trágicas, a veces patéticas, otras graciosas. Todas ellas están unidas por el hilo común de las mujeres reunidas alrededor del té. El fin último es hablar, charlar. A nosotros nos ilustran, creando un reflejo de la condición de la mujer en cierto momento determinado (aunque uno acaba sospechando que en algunos aspectos el país es lo de menos).

Al principio me sorprendió un poco ver este cómic en las librerías no especializadas. Tras leerlo, lo comprendo perfectamente. Está imbuido de una sensibilidad que pueden conectar muy bien con lectores no habituados. Además, su combinación de dibujo (sin recuadros y composición secuencial) y mucho texto hacen que a primera vista no parezca un cómic. Si así venden más, bien está.

Una cita:

Cuando la serpiente envejece, la rana le da por el culo.

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La verdadera historia tras El exorcista

Pues nada, aquí está:

Investigative journalist Mark Opsasnick investigated the case and concluded that the Mount Rainier story, as popularly held (and which Blatty used as a basis for the novel), could not be true. For one thing, the family that occupied the home at the time the alleged possession took place did not have a boy there, demon-possessed or otherwise: the occupants were childless. Long-time neighbors denied that anything horrific or supernatural had ever occurred there. There was, however, an actual exorcism done (not in Mount Rainier but in Garden City, Maryland), though virtually all of the gory and sensational details were embellished or made up. Simple spitting became Technicolor, projectile vomiting; (normal) shaking of a bed became thunderous quaking and levitation; the boy’s low growl became a gravelly, Satanic voice. And so on. Those interested in the full details can find them in articles by Opsasnick. One is «The Haunted Boy,» published in Fortean Times, Number 123, page 34; another is in Strange Magazine, 1998, Number 20. The piece is also available online at www.strangemag.com.

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Amigos y cuentos de ciencia ficción

El fin de semana pasado visité a mis amigos Ricard, Joan Manel, Mercé y Gay y Joe Haldeman (que venían a España a participar en Kosmopolis). Lo pasé muy bien, porque su compañía es siempre agradable.

Joe es escritor de ciencia ficción y también da clases sobre cómo escribir ciencia ficción nada menos que en el MIT. Me dejó sorprendido cuando me dijo que este año iba a usar en clase «El día que hicimos la Transición» (en su versión en inglés, «The Day We Went through the Transition«, y hace poco publicado en la antología Year’s Best SF 9). La dinámica de la clase parece consistir en asignar las lecturas y luego realizar una puesta en común sobre el sentido del cuento. Comentamos algunos detalles locales de la historia.

No sólo pasa uno el día con amigos, sino que se lleva sorpresas como ésta.

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#38 Kappa de Ryunosuke Akutagawa

Kappa de Ryunosuke Akutagawa recuerda bastante al Gulliver de Swift. En ambas obras, un extranjero llega a un mundo radicalmente diferente en apariencia pero que finalmente resulta ser una imagen distorsionada e invertida de nuestro mundo real. Pero el tono, que a veces lo es todo: Gulliver era obra de un misántropo mientras que Kappa es el producto de un depresivo que posiblemente estuviese redactando su nota de suicidio.

Otro detalle de Kappa es que la historia es mentira. No me refiero a que es ficción, eso ya lo sabemos, sino que dentro de la ficción es mentira. O mejor dicho, es el delirio del paciente número 23 de un sanatorio psiquiátrico. El autor ya empieza así la narración, explicando que fue un paciente psiquiátrico quien se la contó con gran detalle. Su historia es bien simple, un día, se puso a perseguir a un kappa (animales mitológico algo malévolos, que son una especie de monos con escamas y pico, de hábitos más bien anfibios). Durante la persecución, como si fuese Alicia, cae por un agujero y llegar al país de los kappas, lugar donde los bichitos viven tan contentos en su sociedad.

Y esa sociedad resulta ser una crítica feroz de varios aspectos de la sociedad humana, donde todo está invertido, ridiculizado o llevado al extremo. Esta llena de elementos tremendamente melancólicos. Por ejemplo, los niños kappa tienen la oportunidad de negarse a nacer. El padre se coloca frente a la vagina de la madre y le pregunta al feto si desea venir al mundo. Uno de ellos responde:

‘I do not wish to be born. In the first place, it makes me shudder to think all the things that I shall inherit from my father -the insanity alone is bad enough. And an additional factor is that I maintain that a Kappa’s existence is evil’.

Luego nos informa que en una ocasión un bebé de veintiséis días dio una conferencia sobre la existencia de dios, para morir luego el pobreciño antes de cumplir los dos meses.

Hay otros blancos: los movimientos artísticos, la legislación, la censura, el sexo (las hembras kappa persiguen a los machos por la calle y los atacan indiscriminadamente), el militarismo (en guerra contra las nutrias; ganaron y durante mucho tiempo sólo vistieron pieles de nutria), la política, el control de los medios de comunicación… O el capitalismo. No hay desempleo porque en cuanto alguien se queda sin trabajo, se lo comen:

‘What Gael meant was the we slaughter any worker who loses his job, and we use his flesh as meat. Look, there’s a newspaper. Let’s see if there’s anything about it. Yes. Listen! «This month’s figure for newly-unemployed reached 64,769; the price of meat has fallen in proportion».’

Cuando el protagonista comenta que quizá sea un poco extremo, antes de salir corriendo a vomitar, le dicen que en Japón, porque los kappas saben mucho de la sociedad japonesa, hay prácticas perfectamente aceptadas que no son muy diferentes.

El suicidio de un super-kappa -porque lo dicen él y sus amigos- entre los kappas (un importante filósofo) impulsa a nuestro héroe a buscar el regreso a su Japón. Lo encuentra, de mano de un peculiar kappa que vive su vida al revés y rejuvenece con el paso de los años. Pronto, sin embargo, se arrepiente y desea regresar. Pero el camino ya le está vedado, aunque por suerte sus amigos kappa recorren las cañerías y vienen a visitarle al manicomio. Incluso le traen flores inexistentes.

Por suerte, Kappa tiene poco menos de 100 páginas (viene con una introducción bastante larga que relaciona la obra con la vida personal del autor. Por ejemplo, no es difícil ver en el suicidio del filósofo un presagio de su propio suicidio. Lo mismo con la locura del protagonista, porque Akutagawa creía haber heredado la esquizofrenia de su madre. Por lo demás, las circunstancias de su vida familiar serían dignas de un largo estudio). Si fuese más larga su intensidad melancólica se haría insoportable. Ya y como está, es un retrato minucioso de todo lo deforme en la condición humana.

O quizá, en la condición de los kappas.

Éste es uno de mis 50 libros de 2004.

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Una noche en la ópera

Anoche nos tocó ópera. Vimos Lucía de Lammermoor en el Auditorio de Galicia. La ópera es de esos espectáculos entretenidos, con la gracia de oír y ver a personas que tienes realmente delante. La obra no la conocía, pero tiene partes para que se luzca la cantante; que lo hacía muy bien, por cierto. Eso sí, me gustaron más los dos últimos actos. El primero es un poco más aburrido. Aun sí, muy bien. Tres horas y media en total, pero se me hizo mucho más corto.

El día 2 octubre hay Tosca Vigo. Pero eso va a ver bastante más complicado.

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