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Qué bonito verbo. Lo he descubierto hoy leyendo la introducción a En construcción de Mori Ogai. Según el DRAE significa «Salir de alguna parte». Todos los días se aprende algo nuevo.
Qué bonito verbo. Lo he descubierto hoy leyendo la introducción a En construcción de Mori Ogai. Según el DRAE significa «Salir de alguna parte». Todos los días se aprende algo nuevo.
Las personas bilingües (definidas en este caso como aquellas que usan dos lenguas todos los días desde los diez años) se mantienen mentalmente más jovenes. Específicamente, conservan mejor la capacidad de desentenderse de la información innecesaria:
The ability to keep one’s attention on a task is known as fluid intelligence, and it is one of the first aspects of brain function to deteriorate as people get older.
Researchers suggest that that the ability to stay focused and to manage attention while ignoring irrelevant information may involve some of the same brain processes involved in using two languages. This means bilingualism may offer a wide range of benefits for keeping the mind sharp and fighting the effects of aging.
Todos conocemos al gato Garfield, héroes de tiras cómicas, series de televisión, y cuya imagen se ve estampada y reproducida en toda superficie y material imaginable. Lo que yo no sabía es que su creador ya se inventó al bicho deliberadamente como una máquina de generar dinero, y que estudió hasta el último detalle cómo debía hacerlo. Es más, las tiras son deliberadamente inocuas y blanditas, para no generar odio hacia el gato. Qué cosas.
Slate lo cuenta en un interesantísimo artículo:
From the beginning, Davis put as much energy into the marketing of the strip as he did into creating it. (It’s telling that he’s been inducted into the Licensing Merchandiser’s Hall of Fame but not the hall of fame hosted by the International Museum of Cartoon Art.) In 1981, only three years after the strip’s debut, he set up Paws, Inc., a privately held company to handle the licensing of Garfield products. Originally, Paws did only the creative work needed for product design, while Davis’ syndicate managed the business side, but in 1994 Davis purchased the rights to license Garfield products from the syndicate for a reported $15 to $20 million. Even before that, Davis took an active role in the selling of his creation. Before agreeing to a deal with Alpo to put Garfield’s face on a new line of cat food, Davis visited the company’s plant, talked to its employees, and spoke with the grocery industry about the company’s reputation. In his 1982 interview with Shapiro, Davis admitted to spending only 13 or 14 hours a week writing and drawing the strip, compared to 60 hours a week doing promotion and licensing.
Garfield’s origins were so mercantile that it’s fair to say he never sold out?he never had any integrity to put on the auction block to begin with. But today Davis spends even less time on the strip than he used to?between three days and a week each month. During that time, he collaborates with another cartoonist to generate ideas and rough sketches, then hands them over to Paws employees to be illustrated.
(vía PvPonline.com)
Pues parece que por fin lo han conseguido: teletransportación cuántica con átomos.
Physicists in Austria and the US have independently demonstrated quantum teleportation with atoms for the first time. Until now, teleportation had only ever been observed with photons. The results could represent a major step towards building a large-scale quantum computer.
Pues no va y resulta que los pulpos prefieren uno de sus ocho brazos. Imagino que así no se hacen un lío.
Most octopuses have a favourite arm, zoologists have discovered. This is the first time they have been found to show any bias when choosing which of their eight limbs is right for the job.
De The Universe Next Door: The Making of Tomorrow’s Science de Marcus Chown.
New ideas are the stuff of science. Without a constant supply of them -clay pigeons catapulted into the blue sky to be shot down- science would be impossible. As the cosmology consultant of New Scientist, I often come across ideas that blow my mind, that leave my head spinning with their far-reaching ramifications. Such as the notion that time could actually run backward; or that there might exist multiple realities playing out all possible histories; or that our universe may have been created as an experiment by superior beings in another universe.
Invariably, such ideas are attempts to answer the big questions in science. What is time? What is reality? Are we alone in the cosmos? Where did the universe come from? Like nothing else, these questions expose the limits of out current knowledge, highlighting the key issues with which scientists at the frontier are wrestling.
Luego sigue comentando algunas de esas ideas «locas» sobre el universo, el origen de la vida y la naturaleza del tiempo. Algunas son realmente ingeniosas y darías para varias historias de ciencia ficción. Ahora que estoy considerando volver a escribir algún cuento, quizá éste sea el libro adecuado para mí.
Se acerca mi cumpleaños, y por esas maravillas de las compras por internet, empiezan a caer los regalos. Hoy me ha llegado todo un paquete de libros:
The Universe Next Door de Marcus Chown
Language Myths de Laurie Bauer y Peter Trudgill
A Shortcut Through Time de George Johnson
What Evolution Is de Ernst Mayr
The Federalist Papers de Hamilton, Madison y Jay
The Origins of Life de John Maynard Smith y Eörs Szathmáry
Fish with Fingers, Whales with Legs de Carl Zimmer
Ilium de Dan Simmons
Todo ensayo menos Ilium, una novela de ciencia ficción de la que me hablaron tan bien que tuve que pedirla.
Lo bueno, o lo malo, es que The Pila ha crecido apenas nada.
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p class=»media»>[Estoy escuchando: «the b-52s» de love shack en el disco LAS 101 MEJORES CANCIONES DEL PLANETA TIERRA]
Estoy considerando cambiar de teléfono. Me gustaría uno algo más moderno (mejor cámara y Java más potente). Al principio había pensado en el Nokia 7700, pero últimamente le he echado el ojo al 7610 y francamente cada vez me gusta más. Incluso he ido a mirarlo a El corte inglés (donde lo tenían al absurdo precio de 645 euros, muy lejos de mis posibilidades) y lo he probado un poco.
El teléfono es sobre todo muy bonito. Delgadito y pequeño (al menos más pequeño que el 3650). Se encaja con facilidad en el bolsillo. La pantalla es gloriosa, como la del 6600, y la cámara es de un megapixel (1152 x 864), lo que empieza a ser una resolución aceptable. Permite grabar hasta 10 minutos de vídeo. Tiene 8 megas internos de memoria, y una tarjeta de 64 megas más. Conectividad Bluetooth y USB (no hay infrarrojos) y Java MIDP 2.0.
Una de las cosas que me resultó más curiosas es que ya viene con Opera preinstalado (o al menos, no creo que se lo instalasen en El corte inglés).
Vamos, que en conjunto parece un cacharrito muy decente. A ver si aparece por ahí a mejor precio.
Cabir tiene el «honor» de ser el primer gusano para móviles. Se transmite a través de Bluetooth entre móviles que usen el sistema operativo Symbian (cualquier Nokia de gama alta, sin ir más lejos). No se encuentra en estado salvaje y sólo corre entre «investigadores» de «laboratorios» de antivirus. Y hay una buena razón: el pobre para propagarse precisa de la ayuda del usuario. Éste debe aceptar la recepción del archivo. Es decir, no explota ninguna vulnerabilidad.
¿A que ya no da tanto miedo?
¿Pero adivinan quiénes se frotan ya las manos pensando en le gran negocio de antivirus para móviles?
(vía Smart Mobs)
Ya conté en su momento el origen del cuento «El día que hicimos la Transición». Ricard de la Casa y yo lo escribimos juntos hace ya unos años. El cuento nos ha dado muchas satisfacciones. Se ha reeditado en cuatro ocasiones en español, y el año pasado fue publicado en inglés en la antología Cosmos Latinos. Hace unos días me enteré de que era finalista para los premios Sidewise (sobre ucronía, historia alternativa y esas cosas) y ahora, otra noticia todavía más espectacular. El cuento aparece en la antología Year’s Best SF 9 de David G. Hartwell y Kathryn Cramer. Es decir, como indica el título, una antología que recoge los mejores cuentos de ciencia ficción del año.
Si ya estábamos satisfechos con la andadura del cuento, pueden imaginarse cómo nos sentimos ahora. Sobre todo porque los compiladores son dos personas muy curtida en el mundo editorial conectado con la ciencia ficción y que ya han producido ocho excelentes antologías anteriores reuniendo la mejor producción del año. Es más, los seleccionadores han comprendido perfectamente la naturaleza del cuento y no me resisto a citar un párrafo de la presentación:
«The Day We Went Through the Transition» appeared in the fine anthology, Cosmos Latinos. A time travel story first published in Spanish in 1997, y now translated into English, it reinvigorates that sub-genre. The logic of the story is tight, with real science woven in, but its emotional power comes from the heart-wrenching love story at its center. The extremely complicated plot is held together by a clever quantum-mechanical speculation.
Supongo que la carrera del cuento ha terminado ya. No me imagino que nos pueda pasar todavía nada más con él. Bueno, a lo mejor Spielberg compra los derechos para hacer una peli, pero no creo…
Sin embargo, hay un detalle curioso sobre el cuento y su génesis. Estábamos en Cascais (yo hablaba precisamente sobre viajes en el tiempo) cuando Ricard y yo decidimos escribir el cuento a medias. También charlamos de ciencia ficción española, de criterios de calidad y de como valorar los relatos. Yo comenté, como criterio de calidad, que me encantaría escribir un cuento que pudiese aparecer en una antología de lo mejor del año, y le enseñé la que llevaba a cuestas porque estaba leyéndola.
Bien, han pasado ocho años y se ha cumplido. Lo que nunca imaginé es que pudiese llegar a ser precisamente con el cuento que entonces empezábamos a escribir.
Y antes de que me olvide: gracias Ricard y gracias Yolanda Molina-Gavilán por la excelente traducción al inglés.