Russell Beattie hace un curioso comentario sobre las diferencias en el uso del móvil entre Estados Unidos y Europa:
You can’t imagine it and will think I’m exaggerating, but EVERY SINGLE PERSON OVER THE AGE OF 13 has a mobile phone here, and most of those younger have them too. EVERY ONE. Teens specifically are not people with a lot of extra money, either to buy the phone or pay for minutes. Nor do they have bank accounts or credit. It’s all cheap pre-pay phones for them, and that’s fine with the telecoms.
There were 30 BILLION SMS messages sent last MONTH here in Europe. That’s over 100 messages per man, woman and child in Western Europe. Those weren’t sent by old-fogeys like me, they were sent by teens and young adults. That’s SERIOUS cash for the telecoms which the American telecoms see and want to mimic, but can’t because they’re stuck using old business models based on «only the rich have cellphones.»
Pero lo que me ha resultado especialmente curioso no es ese comentario, sino la respuesta de David Watson. Desde su punto de vista, el uso intensivo que hacemos del teléfono móvil en Europa, especialmente en lo referente a los críos, es una etapa más de la creciente pérdida de la capacidad de mantener la atención:
In a sense, isn’t that what the telecoms are really selling – distraction? Have you listened to what the average teenager says in a cell conversation or an SMS message? I’m obviously way too old to get it, but if I have the option of reading a good book or having meanless conversation on my cell phone (or in person for that matter), I’ll take the book, thanks.
So the question remains – have any of these enthusiastic cell users in europe stepped back from it long enough to look at the long term effects on their children?
Lo que me resulta curioso es lo siguiente: soy un lector habitual, en ocasiones incluso voraz, pero en general, prefiero mantener una conversación, aunque sea por móvil, que leer un libro. Es más, opino que la lectura está muy sobrevalorada (la mayor parte de la gente que escribe sobre la lectura son lectores, por lo que es natural que la defiendan como algo muy valioso). En ocasiones es una entretenimiento genial, incluso una forma genial de obtener información, y la capacidad de leer y comprender un texto es muy valiosa, pero de ahí a tener que convertirse en lector habitual media un trecho. ¿No decía Cioran algo similar sobre campesinos rumanos y filósofos?
Por otra parte, me parece que David Watson confunde comunicación con transmisión de información fáctica. Es decir, se abre un canal y se transmite alguna información por él y lo importante es la información y lo de menos el canal. Pero para los humanos, y es lo que la mayoría de la gente hace con el móvil, abrir el canal es ya comunicación, aunque no se use más que para decir tonterías, porque indica que uno pensaba en esa persona lo suficiente como para llamarla. Lo que habitualmente nos parece charla inane e inútil está lejos de serlo.