El retorno del rey

Lo confieso, no me llamaba nada la atención la última película de la trilogía del Señor de los Anillos. Bueno, quería ver cómo la terminaba (no, no he leído el libro), pero después de la monumental decepción de la dos no es que tuviese muchas ganas. Pero hete aquí que uno de mis críticos de cine favoritos, James Berardinelli, la ha visto y habla de ella en estos términos:

According to the calendar, Christmas is December 25. According to the movie release schedule, it’s December 17. There can be no greater gift for a movie lover than the one bestowed upon audiences by Peter Jackson, whose The Lord of the Rings: The Return of the King is not only the best movie of 2003, but the crowning cinematic achievement of the past several years. In fact, labeling this as a «movie» is almost an injustice. This is an experience of epic scope and grandeur, amazing emotional power, and relentless momentum.

Como ven, no ahorra alabanzas. Y termina diciendo:

Leaving Middle Earth, Jackson is now headed for Skull Island and a remake of King Kong that already has me excited. He has not ruled out a return to this fantasy world – he would like to make The Hobbit with some of the same actors, if the complicated rights issues surrounding the prequel can be straightened out. In the meantime, he has given us a trilogy of films to savor and remember. The Lord of the Rings will go down in cinematic lore as a milestone. It has legitimatized fantasy like no other production and has shown that it is possible for studio executives to realize huge gains when taking huge risks. (Had The Lord of the Rings failed, New Line Cinema would have gone down with it.) History will show the importance of The Lord of the Rings. The present illustrates its broad appeal and undeniable critical and commercial success. For many, the release of The Return of the King is the event of the year. And this is one time when the product is good enough to weather the storm of hype. This ring is golden.

Vale, lo confieso, ahora estoy interesado.

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p class=»media»>[Estoy escuchando: «You don’t know what love is» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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Navidad en Japón

Kitsune nos cuenta cómo es la Navidad en Japón. Encajada entre el cumpleaños del emperador -23 de diciembre- y el año nuevo, la navidad japonesa es muy curiosa:

¿Qué ocurre pues en los días clave 24 y 25 de diciembre en Japón? Muy sencillo, la «Navidad» es la fiesta de los enamorados, ahí donde lo veis el paso del día 24 a 25 es un nuevo San Valentín. Las parejas de novios se encuentran y se intercambian regalos, es de sobra conocida la imposibilidad de encontrar mesa en un restaurante en ese día y si tenemos que dormir en un hotel también tendremos problemas, sobretodo si es habitación doble (los mal pensados están acertando en estos momentos, sí, sí, la noche es movidita).

Se ha creado la leyenda de que si un/a enamorado/a se declara a su pareja en ese día, la relación irá maravillosamente bien y serán felices para siempre (curioso no?). También se han inventado un «pastel de Navidad» que consiste en un bizcocho recubierto de nata y fresas, aunque desconozco la utilidad de este elemento.

Nos recomienda viajar a Japón en año nuevo. Por lo visto, ésa sí que es una señora fiesta.

[Estoy escuchando: «Reflections» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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Saddam cayó

Y dos bitácoras españolas ya han dado el comentario preciso.

Pensamiento radicalmente eclécticos escribe:

Es motivo de alegría la detención de uno de los dictadores más sanguinarios del último cuarto del siglo XX, no cabe duda, aunque los métodos empleados (arrasar un país e invadirlo en vez de ir a por él directamente) hayan sido de todo menos ?quirúrgicos?, dejando sobre el terreno miles de vidas irakíes y americanas.

Y ahora, qué. ¿Tendremos juicios a lo Milosevic durante meses? Tal parece la perspectiva actual: por algo lo han capturado vivo. La administración republicana se lo ha montado de vicio: con una campaña presidencial en ciernes, la propaganda política de las barbaridades cometidas por Sadam constituirá un punto de apoyo a los discursos de un Bush desarmado en la economía, sanida y educación, tal como su padre.

Mientras tanto, JJ en su página en inglés comenta:

The funny thing about this kind of events is to watch everybody’s reaction. Or lack thereof.
Mine? So good for the iraqis, who will see his former dictator in front of a (hopefully fair) court. So bad for the americans, who might see Bush popularity soar. Everybody knows that his turkey-toting in Baghdad led directly to this catch. Or was it a metaphor? Oh, this guy is so intelligent (besides, it was fake turkey).

Los dos parecen pensar que Bush ha mejorado sus posibilidades de reconquistar la Casa Blanca. ¿Podrá este presidente hacer lo que no hizo su padre: Ganar en casa después de haber ganado en Irak?

[Estoy escuchando: «Años de soledad» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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Las naciones como mitos

Nationcraft as Mythcraft. Interesante comentario sobre como los mitos nacionales se derrumban en ocasiones a la luz de la genética y la lingüística:

Without the aid of natural science the human sciences have traditionally been hijacked and used as tools in the furtherance of ideological crusades. But now that natural science has joined the fray (the scientists have the ?back? of empirically oriented scholars and the reverse), the ideologues are terrified, their utopian visions always threatened by the encroachment of reality. The scholarship is strengthened and more difficult to dismiss when buttressed by genetics or skeletal morphology (augmented by computation).

[Estoy escuchando: «Valsecito para una rubia tremenda» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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El detective cantante

The Singing Detective fue una miniserie de televisión nacida de la fértil y creativa imaginación del gran guionista Dennis Potter. La serie es sencillamente una obra maestra de la televisión, el ejemplo perfecto de que el talento florece en cualquier medio. Una combinación excelente de depresión existencial, musical (Potter estaba fascinado por la música de los años treinta) y comedia negra. La idea es perfecta en su simplicidad: un autor de novelas policíacas de quiosco yace tendido en una cama de hospital aquejado de una terrible forma de soriasis (enfermedad que Potter padecía en la vida real) y en su mente va rescribiendo una de sus primeras novelas, The Singing Detective, sobre un detective cantarín que debe resolver un caso sobre una mujer muerta, pero que se va entremezclando con fantasías sobre el presente, el futuro y el pasado. La genialidad total radica en que gran parte de lo que se ve en pantalla no sucede en realidad: casi toda la serie transcurre en la cabeza del protagonista.

El detective cantante es una versión cinematográfica a partir de un guión que, dicen, el propio Potter completó antes de morir. Los elementos primarios están ahí, aunque la acción ha pasado de Inglaterra a Estados Unidos, y el periodo musical de los años treinta a los años cincuenta. Robert Downey Jr. interpreta muy al escritor Dan Dark (Philip E. Marlow en la miniserie). Como en gran parte del metraje lleva un tremendo maquillaje que le cubre el cuerpo, se ve limitado a actuar con los ojos y la boca (contrayendo las manos en unos muñones que recuerdan al estado de las manos de Dennis Potter al final de su vida). Mel Gibson también aparece muy maquillado, casi irreconocible interpretando a un psiquiatra algo cachondo.

Por desgracia, esta película tiene dos problemas importantes. Por un lado, la idea exige el metraje de la miniserie (415 minutos) para desarrollarla apropiadamente. Estamos hablando del proceso de curación de un personaje, que se purga mentalmente para recuperar algo parecido a la salud. La velocidad de la película es mucho mayor, y todo tiene una cierta sensación de prisa, como si se hubiese comprimido. Podría pensarse que eso es un efecto de haber visto la miniserie, pero mi mujer opina exactamente lo mismo y no la ha visto. En segundo lugar, todo tiene un aspecto deslucido, como si nadie se hubiese molestado en planificar las escenas o en sacarle chispa. Sufren especialmente los números musicales, que carecen de gracia o estilo. Comprendo que sea una película barata, pero ¿no podría tener mejor aspecto?

Y la versión española me plantea un tercer problema. El doblaje es pobre. Michael Gambon -protagonista de la miniserie- es un actor de voz potente capaz de entonar el leimotiv de la serie «Am I right or am I right?» con la perfecta combinación de ironía y sarcasmo. No sé cómo lo hace Robert Downey. Pone cara de ironía y sarcasmo, sí, pero su «Tengo razón o tengo razón» de alguna forma no suena igual.

Momentos muy buenos: el tiroteo final, los matones perdidos en el desierto y los encuentros con el psiquiatra.

Por otra parte, no me gustaría dejar una mala impresión. La película no está mal y vale la pena verla (especialmente porque la perla de la idea sigue estando ahí). Pero si le gusta, les recomiendo encarecidamente que hagan lo posible por ver la miniserie.

(Una nota sobre Dennis Potter. Poco antes de morir -como un mes o así- concedió una entrevista televisiva. Era larga y apasionante. Estamos hablando de un hombre consumido por un cáncer brutal, con las manos convertidas en muñones por la artrosis y la soriasis, que periódicamente tenía que sacarse la botellita de morfina para darse un trago. Si alguien ha hablado alguna vez desde el otro lado de la muerte, ese ha sido Dennis Potter en ese entrevista.)

[Estoy escuchando: «What are you doing the rest of your life» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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[La Ética en la Ciencia Ficción] Cuestiones éticas sobre The Matrix

La última de las conferencias trato de The Matrix (exclusivamente la primera película) desde un punto de vista ético. Agustín Vicente -de la Universidad de Valladolid- comenzó introduciendo el tema de la ética y la ciencia ficción desde dos puntos de vista: 1) produce escenarios posibles que nos ayudan a evaluar nuestras decisiones actuales (Un mundo feliz), 2) genera experimentos mentales que nos ayudan a esclarecer conceptos teóricos (el papel de la justicia en Minority Report). En particular señaló que los habituales experimentos mentales con sabor a ciencia ficción siempre han tenido una gran importancia dentro de la filosofía.

El tema en concreto a tratar fue el de The Matrix como un experimento mental ético. Específicamente: ¿son buenos los actos de Neo y compañía? Si lo son, ¿qué principio moral los justifica? Planteó cinco posibles respuestas. La primera, la más inmediata, la rechaza, lo que le permite plantear las otras cuatro.

La dignidad humana. Los habitantes de Matrix viven en un lamentable estado de postración, allí recluidos y alimentados con mentiras. Es decir, Matrix como escenario escéptico donde se vive engañado. Sin embargo, tal descripción no tiene por qué ser del todo exacta. Podría plantearse con facilidad que la realidad es la contraria: las personas viven en Matrix, aunque tienen un cierto sustrato en los cuerpos apresados en las incubadoras. Es decir, las personas que viven en Matrix parecen tan libres, dignas y autónomas como nosotros.

(En la discusión posterior algunos planteamos que la película parecía ofrecer exclusivamente esa explicación. Tanto es así, que a la única persona que se pinta como deseosa de regresar a Matrix es un traidor, es decir, se nos dice que hace falta ser canalla para desear volver. Aunque ciertamente, desde el punto de vista del traidor, la realidad de Matrix es mucho mejor y volviendo no se les causa daño de ningún tipo.)

La verdad. Se liberado consiste en conocer la verdad. Sin embargo, se presupone que la verdad es siempre buena por sí misma. Sin embargo, eso no tiene necesariamente que ser cierto. Puso el divertido ejemplo de las relaciones de pareja.

Libertad de elección. Cuanta más posibilidad de elección, mayor libertad. Sin embargo, Neo y compañía quieren eliminar Matrix, una de las posibilidades. Por tanto, se entiende que la eliminación de Matrix es buena por sí misma. ¿Por qué?

La especie. Puede que individualmente no haya nada de malo, pero sin embargo a la especie como un todo se le impide desarrollarse completamente. Sin embargo, es muy difícil establecer derechos colectivos porque en ocasiones van en contra de los derechos individuales.

La independencia. Esta es la respuesta preferida por el autor. Todos los seres humanos y toda la especie dependen metafísicamente de la voluntad de las máquinas. Ése es el mal a remediar para alcanzar la autonomía y la libertad ontológica.

Agustín Vicente habló mucho más y por supuesto comentó mejor que yo todos estos puntos. Señaló además que lo había desarrollado como una introducción a la ética para sus clases de filosofía, demostrándole al alumno el potencial de reflexión que se puede extraer de películas como The Matrix.

Fue una conferencia muy interesante, sumergiéndose en un ejemplo concreto de ciencia ficción y valorándola al completo por su contenido ético. Mucha gente reniega de cualquier reflexión filosófica, pero yo siempre las encuentro muy esclarecedoras.

[Estoy escuchando: «Astor changes» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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Esperando a Skywalker

Rafael Marín ha cometido la alegría de poner uno de sus cuentos en la red. Se trata de Esperando a Skywalker, un relato de costumbrismo fantástico (o la dura vida de un fan), lleno de traiciones, alegrías y reconciliaciones. Y aventuras, claro.

[Estoy escuchando: «Astor changes» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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La divina comedia

Otra buena bitácoras -de las que dignifican la forma- que he encontrado por ahí. Reflexiva, filosófica, al grano. La divina comedia. Recomendado de entre lo reciente: Nodo; Nomen, Nominis y Un apunte, nada más.

[Estoy escuchando: «Astor changes» de Adrián Iaies cuarteto en el disco Round Midnight y otros Tangos]

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