Kitsune Monogatari

De los detalles implementados en esta página, uno de los que más me gusta y simultáneamente me resulta más útil es lo de «Hoy nos enlazan». No sólo descubro quién me enlaza, sino también encuentro bitácoras interesantes. Eso me pasó ayer con Kitsune Monogatari. Empecé a leerla y me pareció muy interesante, pero es que además, tiene una sección muy buena dedicada a Japón.

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Síndrome del acento extranjero

Una mujer americana, de Indiana para más señas, sufre una apoplejía. Cuando se recupera, resulta que habla con acento británico. Es más, su acento es mezcla de cockney y West Country. Aparentemente, no es tan raro como parece: se llama síndrome del acento extranjero:

Last year, they confirmed that patients can develop a foreign accent without ever having been exposed to the accent.

This is because they haven’t really picked up the accent. Their speech patterns have changed. Injury to their brain causes them to lengthen syllables, alter their pitch or mispronounce sounds. These changes make it sound like they have picked up an accent. They may lengthen syllables.

The first case of foreign accent syndrome was reported in 1941 in Norway, after a young Norwegian woman suffered shrapnel injury to the brain during an air raid.

Initially, she had severe language problems from which she eventually recovered. However, she was left with what sounded like a strong German accent and was ostracized by her community.

(vía the null device)

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BEM Online

Los tiempos cambian y todo se renueva. Las cosas que antes cumplían su función, se quedan obsoletas. Esas razones, principalmente, han llevado a crear una nueva página dedicada a la ciencia ficción y el fantástico: BEM Online, que viene a sustituir a BEMMAG.com y que ofrecerá mayores posibilidades, permitiendo una relación más interactiva entre sus lectores y sus redactores. Comienza una nueva etapa.

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Tokusatsu

Me fascinan las cosas que tienen nombre. Por ejemplo, el término «tokusatsu«, cuenta, se usa en Japón para referirse a las películas y series de ciencia ficción. Pero hay más, «sentai» se refiere al subgénero de series con un equipo de cinco héroes.

Pero bueno, Henshin Hall of Fame te permite dar un vistazo a series de ciencia ficción japonesas de los años 70. Para los que, como yo, pensaban que Power Rangers era una invención relativamente reciente.

(vía BoingBoing)

[Estoy escuchando: «Hell» de Alan Moore & Tim Perkins en el disco Angel Passage]

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Criptografía cuántica

Curiosamente, la criptografía cuántica parece ser posible sin el concurso de un ordenador cuántico (lo cual no deja de ser una suerte, porque es posible que no lleguen a existir los ordenadores cuánticos). En esta entrevista, Quantum Cryptography Offers Uncrackable Keys, se ofrece una semblanza de tan apasionante posibilidad.

(vía Weblog d’en Xavi Caballé)

[Estoy escuchando: «Experience» de Alan Moore & Tim Perkins en el disco Angel Passage]

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[Faster Than the Speed of Light] Very Silly

Siempre me resulta curioso comprobar cómo la seudociencia no se equivoca nunca. Por muy tonta que suene una idea, «Trasmigración cuántica del alma de la cucaracha macho», o por muchas pruebas que se tengan en contra, siempre habrá alguien que la defienda como la verdad más clara y evidente.

Sin embargo, al contrario de lo que se cree habitualmente, la ciencia se equivoca continuamente. Tanto es así, que incluso teorías útiles, razonables y explicativas, son erróneas. Sé que puede sonar sorprendente que algo tenga usos prácticos y sin embargo esté fundamentalmente equivocado, pero eso es precisamente lo que sucede con la dinámica newtoniana. De hecho, toda la actividad científica se fundamente en la idea de que incluso las mejores teorías actuales son de alguna forma fundamentalmente erróneas y las hay mejores ahí fuera esperando a ser descubierta.

Pero hay más, la historia de la ciencia está repleta de ideas equivocadas, defendidas por científicos serios durante la ejecución de su trabajo. Y esas ideas, son tan importantes como las que se demuestran, al menos parcialmente, como correctas. Si un conjunto amplio de posibles hipótesis, es imposible escoger aquellas que mejor funciona y podrían aspirar al estatus de teorías.

Todo eso queda claro en las 10 fascinantes páginas del primer capítulo del libro Faster Than the Speed of Light de Joao Magueijo, páginas que por sí sola ya justificarían comprar y leer el libro. Tratan de una idea «herética» desde el punto de vista de la relatividad: la idea de que en el pasado del universo la velocidad de la luz era mayor. El autor se explica:

From the way the term speculation is so frequently used to dismiss ideas with which one disagrees, one might be led to believe that speculation has no role in science. In fact, the opposite is true. In theoretical physics, especially cosmology, the branch in which I work, my colleagues and I spend a good part of each day trying to punch holes in existing theories and considering speculative new theories that may as well o better accommodate empirical data. We are paid to doubt everything that has been proposed before, to offer crazy alternatives, and to argue endlessly witch each other.

Comenta que en Cambridge era habitual reunirse simplemente para discutir aquellas ideas que se te pasasen por la cabeza. En ocasiones, esas discusiones se volvían cargadas de emoción.

Sometimes these sessions would just be general discussions, perhaps focusing on a recent paper someone had just put out. Othe times we would go around the room and, rather than talk about new ideas derived from experiments, mathematica calculations, o computer simultations, we would speculate. That is, we would discuss ideas based on no prior experimental or mathematical work, ideas that simply played out in our heads based on broad knowledge of theoretical physics.

It is a lot of fun to do this, particularly when, after arguing and arguing and finally convincing those around you that you are right, you suddenly slap your forehead and realize that some embarrassingly simple flaw mars your speculation, and that you have just been stupidly misleading everyone for the past hour -or vice versa: You have been childishly taken in by someone else’s flawed especulation.

En particular, la idea de la velocidad variable de la luz, VSL, se enfrenta a la inflación, por el momento, el modelo más aceptado para los primeros instantes del Big Bang:

Inflation, which argues that the baby universe expanded unimaginably faster than it does today (so that its size «inflated»), is currently the best answer to these cosmological problems, and to why the cosmos looks the way it does today. There is reason to believe it might be the correct answer; however, there is not yet experimental proof for inflation. And by the most rigorous scientific standards, this means that inflation is still a speculation.

Curiosamente, a los británicos -ya sea por snobismo, chauvinismo o ciencia- no les gustaba demasiado la inflación. En ese ambiente, el autor desarrolló su idea, para encontrarse, según él, con un frío silencio. Lo de variar la velocidad de la luz era demasiado. Después de todo, la relatividad einsteniana es una de las teorías mejor verificadas de la historia de la ciencia. Pero él la plantea la VSL como una posibilidad más, que podría resolver grandes problemas cosmológicos e incluso ayudar en otros campos. Evidentemente, el autor cree tener razón, pero simultáneamente es muy consciente del valor del libro que ha escrito:

But even if this idea is discredited -always a possibility, if not a likehood, with any intellectual breakthrough- there are several reasons why this story is still worth telling. First, I want people to understand the scientific process for what it really is -rigorous, competitive, emotional, and argumentative. It is people endlessly debating each other, often shouting their disagreements. I also want the nonscientist to understand that the history of science is littered with speculations that sounded great but ultimately did not demonstrate explanatory power and ended up in the garbage bin of scientific inquiry. The process of trying out new ideas, and the accepting or rejecting them, is what science is all about.

Eso es, no se puede decir mejor. El interés de Faster Than the Speed of Light es precisamente ese, contar la experiencia humana de crear una teoría, desarrollarla, conseguir que la gente la tome en serio, luchar por publicar los primeros papers y luego defenderla ante la comunidad científica mundial. Que la VSL llegue a verificarse correcta o no, es lo de menos. Faster Than the Speed of Light es más la autobiografía de una idea que un libro de divulgación.

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España en el espacio

Habiendo terminado la fiesta mediática del viaje de Pedro Duque a la estación espacial internacional, regresado el héroe a la tierra, José Manuel Sánchez Ron, «Ciencia y política», nos invita hoy en El País a reflexionar sobre esta aventura espacial.

Y la reflexión, aunque expresada con suavidad, no puede ser sino crítica. Ha sido más bien un espectáculo en el que se combinaba más la ciencia que la política, con resultados más bien discutibles. El fenómeno no es nuevo, y ya nos señala los casos de la NASA, de la que se sospecha que ha exagerado sistemáticamente la importancia práctica y científica de sus misiones:

No conozco de estudios rigurosos que hayan evaluado posteriormente en qué medida tales promesas se cumplieron, teniendo en cuenta, por supuesto, como un elemento a considerar el coste por resultado, porque, naturalmente, de programas de la magnitud de los de la NASA u otros organismos aeroespaciales siempre se obtiene algún rédito para la sociedad y para el avance del conocimiento.

En el caso de la misión que nos ocupa, el grueso se concentra en un único párrafo, que a pesar de su longitud cito completo:

Sobre el precio (13 millones de euros), hay que decir que es bastante elevado si lo comparamos con lo que reciben muchos grupos de investigadores de primera línea de nuestro país: con lo que España ha desembolsado se podría dotar generosamente un buen laboratorio, de esos que tanto y con tanta frecuencia reclaman nuestros científicos. En cuanto al argumento de que el gasto merece la pena ya que así nuestro país se suma a un proyecto internacional de enorme interés, aumentando de esta forma tanto su prestigio como su potencia científico, se puede señalar bastantes cosas. La primera, que el atractivo científico y tecnológico de la Estación Espacial Internacional no es tan grande como algunos defienden. Su origen está claro: una iniciativa de cooperación entre Estados Unidos y Rusia, en la que los intereses políticos fueron determinantes; intereses como el deseo norteamericano de favorecer, tras la desaparición de la Unión Soviética, al complejo político-militar-industrial ruso, que desde el abandono y destrucción de la estación Mir carecía de objetivos (y de recursos) claros. Se trataba y trata, en definitiva, de convertir al viejo enemigo en amigo y colaborar en que mantenga algo de su autoestima. De manera sistemática, la NASA ha destacado la importancia de los experimentos en condiciones de microgravedad que se llevarán a cabo en la ISS (experimentos a los que Pedro Duque se ha sumado), pero muchos científicos distan de compartir tal juicio. Catorce años de casi continua ocupación de la estación Mir ofrecieron muy poco a la ciencia, mientras que el robotizado telescopio espacial Hubble ha aportado y continúa aportando un inmenso y valiosísimo caudal de resultados. «Años de investigación en el transbordador espacial y en la Mir», manifestaba hace unos años ante el Comité de Ciencia y Subcomité del Espacio y la Aeronáutica del Congreso estadounidense el físico Robert Park, miembro destacado de la American Physical Society, «no han producido en absoluto evidencia de que un medio de microgravedad ofrezca alguna ventaja para procesar o manufacturar. De hecho, existen fundadas razones científicas, para dudar de que la ofrezca», tras lo cual añadía: «Existen unos pocos experimentos básicos en áreas tales como la turbulencia y las transiciones de fase en fluidos que pueden beneficiarse de un medio de microgravedad, pero no son experimentos de alta prioridad y podrían llevarse a cabo de cualquier modo en plataformas no tripuladas o en el transbordador espacial».

En cuanto al argumento del prestigio científico, sentencia: «El prestigio en ciencia y en política se gana en otros foros». Y poco después:

Los tiempos en que la exploración del espacio constituía una poderosa arma de propaganda política están muy disminuidos, si no es que han pasado, a la espera de un futuro hoy por hoy lejano.

Curiosamente, hace poco la BBC se hacía eco del poco interés que había despertado en Hong Kong la visita del primer astronauta chino.

Por lo demás, para que no lo acusen de criticar sin ofrecer nada a cambio, presenta el proyecto ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor) que mezcla también ciencia y política, y que podría instalarse en Vandellòs, pero con la posibilidad de ofrecer prestigio y resultados. De las implicaciones adicionales de ese proyecto promete hablar en otro momento.

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