Dafne

Anoche cenamos en un restaurante llamado Dafne (sí, ya estamos en la noche del día siguiente. Voy retrasado. Es culpa de Xavier). La gracia del asunto es la siguiente: literalmente vimos cómo hacían el restaurante. Xavier ya me habló de él el miércoles: «Sabes, van a montar un griego frente a mi casa». El jueves, cuando llegué, ya tenían el cartel que decía Dafne (un nombre muy apropiado, supongo), y los obreros estaban en el interior intentando arreglar las paredes con las cajas de material por todo el suelo. El viernes la cosa ya ganaba aspecto de restaurante, hasta ayer, cuando pasamos delante y nos dijimos: «Parece abierto. No, imposible. Que sí, que parece que lo han terminado. Imposible. Pues pregunta. No, pregunta tú…» y un largo diálogo de besugos más. Resultado: fuimos los segundos clientes en estrenar el restaurante: unas chicas nos ganaron por unos minutos, cosa que a mí me fastidia mucho.

La entrada del restaurante es curiosa, con imágenes de Grecia (o eso dicen 🙂

Lo que bebimos fue una cerveza llamada Mythos (apropiado de nuevo, ¿no?)

Y un vino curioso llamado Naoussa Boutari, que según Xavier debe ser el Don Simón de Grecia:

De entrantes, una crema de aceitunas:

Y también Saganaki kefalotiri (una especie de queso empanado):

Y Sutsukakia (albóndigas muy ricas):

Y de platos principales:

Bisteki gemisto:

Mousaca:

Y Pastitsio:

Como acababan de abrir y no tenían todos los postres, nos prepararon un muestrario de lo que tenían, es decir, yogurt, baclavas y halvas:

El dueño corría por allí (ya saben, ojo del amo…). Me dejó sacarle una foto (básicamente le largué el teléfono a la cara) e incluso me dio permiso para ponerla en Internet:

El restaurante Dafne (c/ Méndez Núñez 4) nos gustó bastante. Aunque quizá las dos botellas de vino griego que bebimos contribuyesen a esa impresión 🙂

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