En Tenerife

Estoy en Tenerife. Me vine ayer cogiendo un avión a las seis y media de la mañana después de haberme levantado a las cuatro y media. La explicación del viaje es por un lado ver a los amigotes que corren por aquí, por ejemplo los hermanos «máximo riesco» -Xavier y Jorge-:

aprovechar un viaje que conseguimos por puntos de esas tarjetas que acumulas cuando compras y por otro lado tener una vacaciones alejadas de todo. La verdad es que últimamente estaba agotado tanto física como mentalmente, así que me viene bien para renovar las pilas.

Las ventajas de salir tan temprano es que llegas a tiempo para tomarte unas cervecitas y luego ir a comer. Con alegría descubrí que en el quiosco de la plaza Weyler ponen claras (con limón) si las pides con amabilidad. La clara es uno de esos inventos que yo asocio con la península, que por aquí no se conocía mucho y que yo estaba dispuesto a importar a cualquier precio:

La comida fue en uno de los restaurantes japoneses que hay en Santa Cruz. Dicen que no es muy bueno, pero a mí me deja satisfecho, aunque puede ser porque sólo pido Sashimi, Sushi y Teka Maki (rollitos de arroz, alga y atún) y quedo lleno y feliz. No hay nada como el pescado crudo para eso. El Sushi lo hacen un poco excesivamente picante, pero como ya lo sabíamos pedimos poco y disfrutamos de la sensación de quemadura en la parte superior del cráneo.

Jorge intentó que viese Thumb Wars, pero me quedé dormido en el sofá. El cansancio tiene esas cosas.

La cena fue en una pizzería muy buena llamada Toscazo. Como observarán, lo que me gusta de los sitios es sobre todo dónde se come. Incluso dejamos propina:

Hoy ha sido un día muy entretenido. Hizo bastante calor, con un buen solecito del que llevo disfrutando todo el día. El desayuno fue en el Corte Inglés que tiene un edificio de ocho plantas con una buena vista desde la cafetería:

Curiosamente, para algunos funcionarios es la cafetería más cercana para desayunar. Yo pedí agua con gas y me pusieron agua Firgas, la que vivía cuando era niño. ¡Cuántos recuerdos!

Toda esa zona la están edificando a marchas forzadas, sobre todo centros comerciales. Por desagracia, da la impresión de que serán sobre todo centros comerciales llenos de tiendas de ropa donde no se podrá comprar ni un libro ni un periódico.

Entre otros detalles de la zona, tenemos la torres gemelas de Santa Cruz, dos edificios que serán los alto de Santa Cruz. Según mi amigo Xavier, no son más que un ejemplo de «cargo cult» para atraer pequeños aviones (ajustado a la escala de los edificios).

Aunque por el momento sólo tienen edificada una de ellas:

Otro ejemplo de «cargo cult» lo tenemos en el auditorio de Santa Cruz: así la gente creerá estar en Sydney:

La verdad es que yo pensaba que semejante auditorio, que lleva años construyéndose, seguiría el camino de la Sagrada Familia y quedaría inacabado durante siglos. Pero aparentemente ya lo están usando aunque los obreros siguen corriendo por él intentando acabarlo.

Por esa zona también me encontré un grafitti que me resultó muy gracioso:

Ayer compré una tarjeta de Movistar Activa con la teoría de probar su conexión GPRS antes de decidir por una u otra. La conversación que tuve con el servicio técnico fue más o menos así:

Ella: ¿Marca y modelo del móvil?
Yo: Nokia 3650.
Ella: ¿7650?
Yo: No, 3650.
Ella: ¿7650?
Yo: No, no, 3650.
Ella: ¿3650?
Yo: Sí. Es un modelo nuevo de Nokia.
Ella: ¿Cómo sabe usted que ese modelo permite GPRS?
Yo: Lo pone en el manual.
Ella: Un momento.
[al rato]
Ella: ¿Me da el número IMEI?
Yo: ¿Qué?
Ella: Pulse *#06#
Yo: ¿Y la tecla de llamada?
Ella: Sí, y la tecla de llamada.
Yo: Pero ya estoy hablando por el móvil.
Ella: Bien, pues lo podrá encontrar bajo la batería. Lo mira y vuelva a llamar.
Yo: Vale, entonces lo miraré y volveré a llamar.

Lo que me resultó más curioso es que no supiesen nada del 3650 cuando sale en su publicidad de e-moción.

Xavier tiene una de esas maravillosas gafas de sol ciberpunk en las que te reflejas:

Hoy comimos en casa de Xavier y Jorge. De postre un yogur Celgan. ¿Qué tiempos?

Por la tarde subí a centro comercial La Laguna a ver a mi amigo Fonsi, que lleva una tienda por esos lares. Para llegar hasta allí hay que coger la guagua:

atravesar el puente de cristal:

que cruza la autopista:

y llegar al otro lado donde pillas una guagua gratuita que finalmente te deja en el centro comercial. Supongo que podría haberme bajado en Guajara e ir caminando, pero me hacía gracia la otra aventura:

Fonsi lleva una tienda de ropa, así que aproveché uno de los grandes espejos para hacerme un autorretrato. Por suerte, no se me ve muy bien:

Aquí les presento a Fonsi. El texto dice: «¿Algo para mi momia?», lo que no deja de resultarme curioso:

Esta noche nos vamos a cenar a uno de mis restaurantes preferidos del mundo mundial. Ya contaré.

Una cosa más. Paseando por Santa Cruz me encontré varios curiosos grafitos. Uno de ellos en el muro de un instituto de secundaria:

¡Vaya, vaya!

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