En el aserradero

Hoy, un amigo me ha llevado a ver el interior de una fabrica de tableros de aglomerado. Son unas instalaciones inmensas de las que vi el aserradero y la línea de aglomerados, todo lleno de maquinas monstruosas a las que hay que subir por tramos de escaleras y que tienen varios pisos de alto. Mi Virgilio además me fue dando detalles técnicos, especialmente de los procesos físicos implicados en la fabricación de un simple tablero.

El paseo, que disfrute mucho ?como quien visita una catedral-, me recordó una vez más una de mis dos más absolutas creencias: el mundo está lleno de gente lista y el mundo es un lugar muy complicado.

Leer bitácoras y pasearme por Internet mantienen continuamente presente la primera de ellas. Gente como Mark Pilgrim o Sam Ruby me recuerdan casi a diario la cantidad de talento que corre por ahí.

Y visitar instalaciones como la de hoy siempre me hace comprender lo complicado que es todo. En este caso, han sido los miles de detalles a tener en cuenta y las monstruosas herramientas necesarias para poder fabricar un simple tablero de aglomerado. Es asombrosa la cantidad de factores físicos que se deben controlar para que el resultado salga bien.

Eso sí, ahora no me puedo quitar la maldita canción de la cabeza.

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