AOP

Hace un tiempo que vengo leyendo sobre Aspect Object Programming (AOP) en los distintos blogs sobre Java que sigo (Mike de rebelutionary mantiene una lista de dichos blogs). Explorando un poco el asunto, he descubierto que hay una extensión para Java llamada Aspectj y también he encontrado dos artículos sobre el tema que me han clarificado algo la cuestión (son Introduction to AOP y Aspect-Oriented Programming with Sun ONE Studio) aunque sigo algo confuso. Es decir, creo que entiendo el beneficio inmediato (poder abstraer comportamientos comunes a varias clases cuando esos comportamientos en realidad no tienen nada que ver con las clases en cuestión: por ejemplo, logging) pero me queda todavía mucho por aprender. Eso sí, parece muy interesante y productivo. Quizá sea otra herramienta más que añadir a mi equipo.

Continuar leyendoAOP

El cambio de hora

Odio el cambio de hora. No es que me moleste en sí que me atrasen o me adelanten el reloj. Lo que odio es este cambio de hora otoñal, el que te hace despertarte con sol pero te condena a la noche al llegar las seis. No me importa vivir de noche. Pero la noche deben ser las dos de la mañana o algo similar. Que sea de noche a las siete me parece una afrenta, una clara descortesía de la naturaleza, una conspiración burocrática y solar. No lo soporto porque me deprime. Quiero luz todo el tiempo que sea posible.

Continuar leyendoEl cambio de hora

El dragón rojo

Siento una extraña ambivalencia con respecto a esta película. Por esa razón, a pesar de haberla visto hace ya unos días no he escrito hasta ahora. Pensaba que el tiempo me ayudaría a aclararme, pero sigo igual. En realidad me gustó: en muchos aspectos, más que El silencio de los corderos, que en su día tampoco me impresionó excesivamente. En otros, queda claro que el director de El silencio de los corderos es mejor que el director de El dragón rojo.

La película arranca de forma espectacular, con un Hannibal Lecter de civil, mirando con desagrado a un músico que no toca demasiado bien. Que el músico acabará en el plato, lo tenemos claro. Que lo servirá a sus amigos, ya es el punto de depravación y refinamiento que uno espera de Lecter. A continuación aparece el personaje de Edward Norton, Will Graham, y da comienzo la curiosa tensión de la película. Hannibal Lecter pierde, frente a alguien que claramente le supera en talento. Todos los gruñidos, juegos y trucos de Lecter durante el resto de la película no son más que un intento desesperado de compensar un terrible complejo de inferioridad (el juego es diferente que El silencio de los corderos donde quedaba claro que Lecter consideraba el personaje de Jodie Foster como alguien a quien podía manipular sin problemas).

El tercero en discordia, Tooth Fairy (apodado en español el Duende de los dientes o algo similar) es un espléndido Ralph Fiennes que crea un ser torturado, Francis Dolarhyde, que cree estar metamorfoseándose en el temible Dragón Rojo, pero que a la vez es un ser humano corriente (aunque la verdad, la historia de abusos en la infancia es tan tópica que debería haberse eliminado) capaz de enamorarse de una mujer, que tiene que ser ciega para que no deba la deformidad que el personaje cree tener, interpretada por una también espléndida Emily Watson (que comparte una escena memorable con un tigre sedado). Otro actor a destacar es Philip Seymour Hoffman, en un breve pero importante papel de periodista rastrero.

Francis Dolarhyde se convierte en centro de la trama (sus asesinatos, su búsqueda desesperada de paz interior…) y en peón, del juego que Lecter monta contra Will en su deseo de venganza. Gran parte de la tensión es puramente emocional, y hay pocas escenas realmente violentas o de sangre. Ralph Fiennes, por ejemplo, casi no tiene que hacer nada para resultar amenazador. Es uno de los aspectos interesantes el que la película se centre en el juego enfermizo entre personajes.

Sin embargo, a pesar de haberla disfrutado, y mucho, no acabo de estar del todo satisfecho. Quizá, el guión y la idea (a pesar del breve y obligatorio clímax) me parecen mejores que la ejecución de la película. Hay escena muy buenas, todo el principio, por ejemplo, o Hannibal Lecter con su máscara mirando con ojos feroces e inteligentes de un lado a otro, y otras que podrían haberse trabajado más. No he visto la visión original, así que sobre eso no puedo opinar. Aún así, creo que vale la pena verla.

—–

Continuar leyendoEl dragón rojo

Las camisas oyen

Aplicaciones militares de los e-tejidos

. Elementos electrónicos combinados con tejidos para producir una tela que puede oír:

Researchers at the University of Southern California and Virginia Tech have developed a fabric woven with conductive wires and a cluster of seven button-size microphones that can be used to detect the sound of remote objects, like approaching vehicles.

«The fabric gives us the capacity to make very large computing systems with integrated sensors and integrated power supplies and to do this very cheaply with existing textile manufacturing capabilities,» said Mark Jones, a professor of electrical computer engineering at Virginia Tech.

(vía Smart Mobs)

—–

Continuar leyendoLas camisas oyen

¿Es pública la información disponible de forma pública?

Sé que parece un trabalenguas, pero una compañía sueca ha denunciado a Reuters por publicar datos financieros del tercer trimestre, informa The Washington Post. Según la compañía, Intentia International, Reuters accedió de forma no autorizada a su web y encontró el informe que no estaba disponible «por los canales normales del sitio».

Obsérvese que aparentemente Reuters no rompió ninguna clave o entró en ningún sistema protegido. Simplemente escribió una dirección web en un navegador y dio con el informe. ¿Qué significa «por los canales normales del sitio»? ¿No había ningún enlace que apuntase al recurso? Pero estaba situado en un servidor web, cuyo trabajo es servir las páginas cuando alguien las pide.

Por la descripción del artículo, aparentemente lo que quieren es que un tribunal decida qué es público y privado en un servidor web (aunque admiten que la información se puso en el servidor por error). Pero ¿por qué quieren tal cosa? Hay muchas formas de proteger la información puesta en un servidor web de suerte que al menos alguien tenga que introducir una clave y por tanto poder defender la idea de una entrada ilegal. ¿Por qué obligar a un tribunal a decidir cuando la solución técnica es muy simple? Quizá, porque ahora no saben cómo corregir la chapuza.

Personalmente, Intentia International tendría mucho mejor credibilidad si buscase al individuo que puso el informe en el servidor de la empresa.

La versión de Intentia aquí.

(vía Lawmeme.com)

Continuar leyendo¿Es pública la información disponible de forma pública?