Predicciones

En Atalaya se pueden encontrar una serie de interesantes predicciones para el año 2003 relativas al mundo de Internet. Todas ellas parecen muy razonables, exceptuando quizá la relativa a que alguien encontrará la forma de sacar dinero a las bitácoras. No se refiere a todas las bitácoras, claro, y supongo que si la columna de opinión de un periódico se puede considerar una bitácora, pues sí, es posible. Pero la verdad, dudo que llegue a suceder, y tampoco me parece muy prioritario.

Y como yo no iba a hacer menos, hago mi propia predicción: Internet seguirá estancada en España durante el próximo año. Según la última encuesta, ya ha descendido el número de navegantes y no veo razón para que esa tendencia cambie. Básicamente, los que podíamos estar ya estamos, y al resto Internet aporta poco. Además, la aprobación de la LSSI, independientemente de si se llega a aplicar o no, ha creado una sensación de inseguridad que sin duda retrasará la aparición de nuevos proyectos. Y francamente, para la gente normal, hay poco que hacer en Internet. Y la cosa irá a peor si se generaliza el pago por contenidos, porque eso reducirá la oferta gratuita que podría atraer a gente. Vamos, que nadie va a molestarse en conectarse para pagar por leer un periódico que puede leer gratis en el bar de la esquina. La ley de Metcalfe dice que la utilidad de una red se incrementa con el cuadrado del número de nodos, por tanto es fácil ver que esa misma red pierde mucha utilidad al reducirse el acceso libre a esos mismos nodos.

Cosa diferente será cuando la banda ancha sea barata y se pueda acceder a Internet con dispositivos alternativos. El teléfonos móvil de tercera generación posiblemente sí creará una revolución en el acceso a Internet, pero ya sabemos que eso no sucederá hasta 2004 o 2005. Y aún en ese caso estamos ante un condicional: el hecho de que la gente disponga de teléfonos capaces de conectarse a Internet no quiere decir que los usen para conectarse a Internet.

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Clonaciones

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Hace unos días que corre la noticia referida a un culto religioso (los raelianos) que afirman haber clonado a un ser humano. Como la cosa es más que dudosa, la noticia en sí no me resultaría mayormente interesante si no fuese por un pequeño detalle: la absoluta y en ocasiones irracional oposición a la clonación reproductiva, es que decir, a que la gente se vaya clonando por ahí.

Porque entiendo muy bien los problemas para el posible vástago del proceso. Se sabe muy poco sobre clonación y aunque fuese posible clonar un ser humano el futuro bebé podría sufrir muchos defectos de salud y físicos. Hasta ahí bien, y por esa razón parece lógico ser muy cautelosos. Pero ahora supongamos unas cosas: supongamos que todos los problemas se resuelven, que nacen niños clonados (que en cualquier caso, se parecerían menos al donante que un supuesto hermano gemelo de éste) sin defectos físicos y perfectamente normales, y que además, el éxito del proceso es comparable al de un in vitro. En ese caso, ¿qué problema habría? Si alguien quiere gastarse el dinero en clonarse, ¿por qué no iba a poder hacerlo? Después de todo, el resultado del proceso sería algo bueno, un bebé, ¿no? Y en cuanto al posible estigma, que yo sepa los clones no nacen con la palabra clon tatuada en la frente. Cierto que podría considerarse dinero tontamente gastado, pero en nuestra sociedad no prohibimos muchas formas tontas de gastarse el dinero.

Pero el fondo de la objeción no parece referirse a esos problemas de salud o el gasto innecesario de dinero. Da la impresión de que llevamos siglos buscando el alma humana y al no haberla encontrado hemos adoptado al ADN como tal. Triste destino el de esa larga molécula, el cargar con nuestras obsesiones religiosas. Y visto así, tiene su lógica que lo intente hacer primero una organización religiosa.

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Uvas

Tanto Russell como Moof parecen tener problemas con las uvas de fin de año (aquí y aquí).

Confieso que no lo entiendo demasiado bien. Con las uvas jamás he tenido problemas, y me las he comido siempre siguiendo religiosamente las campanadas. Si fuesen melones o sandías…

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Aquello

El habla canaria tiene muchos elementos curiosos, tomados de muchas lenguas y culturas diferentes (acabo de enterarme, por ejemplo, de que los Hobbits sólo conocen las papas, lo que, confieso, ha traído algunas lagrimitas a mis ojos), pero el que me resulta especialmente interesante es el uso del «aquello», común, aunque ya tendiendo a desaparecer, en Lanzarote.

El «aquello» simplemente sustituye a cualquier cosa que uno no desea nombrar o, por lo general, de la que no recuerda su nombre. Por ejemplo, «¿hiciste aquello?». Un uso razonablemente normal que puede llevarse a la exageración: todavía queda en Lanzarote gente con la que se puede mantener una conversación prácticamente compuesta sólo de «aquellos».

Lo lógica parecería exigir que «aquello» se usase cuando los participantes en la conversación comparten el referente a lo nombrado. Sin embargo, los usos más complejos de nivel avanzados exigen referirse a cosas muy alejadas de la conversación presente. Vamos, que el proceso comunicativo incluye una fase de desciframiento de los «aquellos». No dudo que se trate de un sano ejercicio mental, pero…

La cosa de complica aún más cuando entra en escena ese maravilloso verbo: «aquellar». Se emplea para sustituir a cualquier verbo que no se desea emplear o, lo más común, no se recuerda. No era raro oír cosas como «aquella la pared», «aquella la puerta» o «lo aquelló».

Algunos habrán llegado ya al uso perverso: la posibilidad de combinar «aquello» con «aquellar». Por ejemplo, en lugar de decir «¿realizaste el trámite?» podríamos decir «¿aquellaste aquello?». Aunque probablemente la frase completa sería algo así como «¡Chacho! ¿Aquellaste aquello?»

¿Comprenden ahora por qué en mi infancia yo creía que los Pitufos hablaban de una forma perfectamente razonable?

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En Tenerife

Estoy en Tenerife como parte de un viajecito navideño para ver amigos y familia. Esta mañana (a las 5:30) estaba en Santiago y hoy ya he almorzado en un restaurante japonés de Santa Cruz (no estaba mal). ¿Quién dijo que los transportes modernos no habían avanzado?

Dentro de unos días iré a Lanzarote, que es donde reside mi familia.

Dos detalles curiosos en este viaje de retorno a casa. Uno la luz, que me resulta impresionante y agradable. Siempre me quejo de que en Santiago no hay luz, y la poca que hay me parece fría y gris. Aquí la luz es luminosa, como debe ser. Quizá es lo que más echo en falta.

Lo otro: unos espléndidos 23 grados. A disfrutarlos mientras pueda.

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Muere otro día

James Bond vuelve. Y en esta ocasión, y sin que siente precedente, las encantadoras figuras femeninas que pueblan los títulos de crédito (a) están insertadas en la trama y (b) consiguen ser en ocasiones claramente amenazadoras como pesadillas que son. Tal detalle prefigura una película… no voy a decir diferente o innovadora, pero sí ciertamente distinta para lo que es habitual en la serie.

En usual que a James Bond lo capturen, al menos cinco veces por película (por qué el malo de turno no le pega un tiro en ese momento será siempre un misterio sin resolver). Pero en este caso, y aquí tenemos el detalle distinto, lo capturan, lo retienen durante muchos meses y lo torturan para más ignominia (y por cierto, también nos informan de que James Bond puede cambiar a voluntad la frecuencia de latido de su corazón, una habilidad que ciertamente recuerda al superagente Flint, quien paraba su corazón durante varias horas para poder descansar mejor). En ese punto es cuando aparecen las famosas chicas de los títulos de crédito, supongo que como alucinaciones de un Bond que las pasa putas. Al final lo intercambian por el malo segundo (como en todas, hay un malo primero. El malo segundo de esta peli no es especialmente memorable. ¡Cómo te echamos de menos Tiburón!) y su propio bando sospecha que es un traidor. Bond escapa, claro, de los suyos, y se lanza a una aventura personal en busca de respuestas.

(No es que ande por ahí como bala perdida durante mucho tiempo, pronto su gobierno le readmite. En Alta tensión sucedía algo similar, con Bond embarcado en una venganza personal sin el consentimiento de su agencia.)

Lo demás ya se parece más. Escenarios exóticos, chicas bonitas, explosiones, millonarios malvados (hay que ver la fascinación que sienten los millonarios productores de la serie con los millonarios malvados y excéntricos. No dudo que se ríen de los comportamientos de más de un rico británico pero no deja de sorprenderme. Aunque quizá no, porque ahora mismo estoy leyendo Historia natural de los ricos que va precisamente de cómo los ricos tienen esa especial tendencia a exhibirse, pavonearse y ganar aún más dinero. Quizá sea eso), guaridas secretas en lugares absurdos, cacharritos inverosímiles, etc… Es decir, todo lo que uno ama y espera de una película Bond.

La segunda novedad se refiere a las chicas Bond. Una de ellas sabe que es chica Bond y que acabará muerta. Es uno de los chistes autoreferenciales más divertidos de la peli. La otra chica Bond es una especia de versión femenina del superagente, Jinx. Con estilo, mortal y tan promiscúa como el agente británico. Curiosamente, a mí el personaje me gusta mucho (es más, tengo entendido que van a hacer una película dedicada sólo a ella) pero no la actriz.

Por lo demás, siendo la película del 40 aniversario parece que los guionistas han escogido grandes momentos del pasado de Bond, los han agitado bien y han logrado una especie de síntesis muy divertida, sin pies ni cabeza, con agujeros argumentales por los que podría pasar un destructor imperial, pero que posiblemente sea la segunda mejor película de James Bond con Pierce Brosnan a la cabeza. Hay que destacar especialmente la pelea entre rayos láser que recuerda a…

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La versión del Señor Oscuro

David Brin, que ya habló en su momento del amor por las tradiciones del pasado en Star Wars, se encara ahora con la Tierra Media. En «J.R.R. Tolkien — enemy of progress» habla de muchas cosas, especialmente de ese amor y defensa de las clases nobles del pasado y de como la chusma no tiene derecho a decidir su destino. Y claro, también comenta que después de todo la versión que se da en la historia es la escrita por los vencedores:

Ask yourself: «How would Sauron have described the situation?»

And then: «What might ‘really’ have happened?»

Now ponder something that comes through even the party-line demonization of a crushed enemy — this clear-cut and undeniable fact: Sauron’s army was the one that included every species and race on Middle Earth, including all the despised colors of humanity, and all the lower classes.

Hmm. Did they all leave their homes and march to war thinking, «Oh, goody, let’s go serve an evil Dark Lord»?

Or might they instead have thought they were the «good guys,» with a justifiable grievance worth fighting for, rebelling against an ancient, rigid, pyramid-shaped, feudal hierarchy topped by invader-alien elfs and their Numenorean-colonialist human lackeys?

Picture, for a moment, Sauron the Eternal Rebel, relentlessly maligned by the victors of the War of the Ring — the royalists who control the bards and scribes (and moviemakers). Sauron, champion of the common Middle Earthling! Vanquished but still revered by the innumerable poor and oppressed who sit in their squalid huts, wary of the royal secret police with their magical spy-eyes, yet continuing to whisper stories, secretly dreaming and hoping that someday he will return … bringing more rings.

(vía gTexts)

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Ya estoy de vuelta

Vaya con la semanita.

Primero, tuve una recaida de mi resfriado. Pasé un jueve y un viernes fatales. El sábado más o menos, tomándomelo con relax para intentar recuperarme. Pero hete aquí que lo más divertido estaba por llegar.

El domingo Windows decidió que ya no funcionaba más. La semana terminó reinstalando el sistema operativo, cosa, como todo el mundo sabe, muy divertida.

Pero nada, ya he vuelto. Temblad.

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El oráculo de Elvis

La idea consiste en conectar a Elvis Presley con cualquier actor en el menor número posible de pasos. La cosa, claro, invita de inmediato a derrotar al sistema.

Yo lo intenté…

Tres veces: Manolo Escobar y Chiquito de la Calzada se pueden los dos relacionar con Elvis en tres pasos. Lola Flores sólo necesita dos.

(vía Boing Boing)

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